De acuerdo con los pronósticos meteorológicos, el tifón Hagupit demorará tres días en atravesar el archipiélago filipino, pasando sobre la mayor parte de las regiones centrales.
Hasta el momento se registran dos muertes producto de las fuertes tormentas.
El tifón entró rugiendo desde el Océano Pacífico alcanzando las comunidades pesqueras de la isla de Samar (este) el sábado de noche, con ráfagas de 210 km/hora, informó la agencia meteorológica local Pagasa.
La fuerza de los vientos al tocar tierra convirtió a Hagupit en la tormenta más potente que llegó a Filipinas este año, superando al tifón que en julio pasado mató a más de 100 personas.
“Muchas casas, sobre todo en las zonas de la costa, fueron derribadas por fuertes vientos”, declaró a la agecia AFP Stephanie Uy-Tan, la alcaldesa de Catbalogan, una ciudad de Samar, por teléfono el domingo de mañana.
El gobierno, que temía una repetición de la tragedia causada el año pasado por el supertifón Haiyan, evacuó a millones de personas, instaladas en refugios.
La esperanza de evitar un desastre masivo aumentó cuando la fuerza máxima de los vientos de Hagupit cayó a 170 km/hora, con vientos constantes de 140 km/hora, el domingo de mañana.
Haiyan, la tormenta más fuerte registrada en tierra con vientos de 315 km/hora, dejó 7.350 muertos o desaparecidos al arrasar el centro de Filipinas el año pasado.
El gobierno advirtió que podrían producirse olas de hasta cinco metros de altura en algunas zonas, inundaciones sorpresivas, deslizamientos de tierras y vientos suficientemente fuertes como para destrozar casas sólidas.
En Manila, la capital, que tiene unos 12 millones de habitantes, las autoridades cancelaron las clases a principios de la semana próxima debido a las previsiones de lluvias torrenciales el lunes.
Decenas de millones de personas se encuentran sobre la ruta del tifón, incluyendo a los habitantes del centro de Filipinas que todavía luchan por recuperarse de los daños provocados por Haiyan hace 13 meses.
En Tacloban, una de las ciudades más afectadas por Haiyan, se derrumbaron las casas temporales construidas hace un año con techo de paja, señaló a la AFP el vicealcalde Jerry Yaokasin.
Pero no se ha repetido el fuerte oleaje que causó el mayor daño durante Haiyan, conocido localmente como Yolanda.
“Hay un suspiro colectivo de alivio. La estimación inicial es que no hay víctimas. Estábamos mejor preparados después de Yolanda, hasta 50.000 personas fueron ubicadas en centros de evacuación”, declaró Yaokasin.
“No obstante, los albergues de transición fabricados con nipa (techo de paja) fueron derribados por el viento. Nuestro mayor desafío es ahora ayudar a los que quedaron desplazados por esa causa”, explicó.
En la región oriental de Bicol, que según las previsiones será alcanzada por el tifón el domingo y el lunes, cientos de miles de personas fueron alojadas en escuelas, iglesias y otros centros oficiales de evacuación.
Durante la conferencia sobre el cambio climático que actualmente tiene lugar en Lima, Perú, militantes filipinos dijeron que la frecuencia de los tifones había puesto fin a toda polémica sobre si el calentamiento climático era causado por el ser humano.
“Ha llegado el momento de que los políticos respalden sus declaraciones de solidaridad con acciones reales en las conversaciones de las Naciones Unidas sobre el clima”, afirmó Jasper Inventor, de Greenpeace. “Esto se ha convertido en una cuestión de supervivencia”, insistió.