(Madrid/Agencias) Lituania, la primera república soviética que se independizó en 1990, renuncia a su moneda desde este jueves y se convierte en el decimonoveno país en abrazar el euro, una divisa que comparten 338 millones de personas. Se completa así la incorporación de los países bálticos: Letonia adoptó el euro en 2014 y Estonia en 2011.
Lituania consigue entrar en la moneda única al segundo intento, puesto que en 2006 la Comisión Europea rechazó su ingreso por superar el 3% de inflación.
Esta vez Vilna cumple todos los criterios de Maastricht para incorporarse a la unión monetaria: su inflación media interanual es del 0,6% (muy por debajo del 2% exigido), su déficit público se situó en un 2,1% del PIB en 2013 y se prevé que se mantenga así (el límite es del 3%), la deuda pública terminó 2012 en un 39,4% (muy lejos del 60%) y su moneda (la lita) lleva dos años dentro de la referencia de tipos de cambio del sistema monetario europeo.
También se ha producido la convergencia de los tipos de interés que ofrece por su deuda a largo plazo con los de la zona euro, y la legislación que regula las competencias y actuación de su banco central es compatible con los Tratados.
Los lituanos están acostumbrados a cambiar de moneda. En los últimos 25 años han tenido cuatro distintas: el rublo (1940-1991), el talonas (1991-1993), la lita (1993-2014) y el euro (a partir de hoy).
En junio, el comisario europeo, Olli Rehn, subrayó que “el impulso reformista y la entrada en la UE ha provocado un alza espectacular en el nivel de vida de los lituanos: el PIB per cápita ha pasado del 35% de la media comunitaria en 1995 al 78% previsto en 2015”. Unos datos que no ocultan el largo camino de ajustes que ha sufrido Lituania desde el estallido de la crisis financiera y la quiebra de Lehman Brothers. Su Producto Interior Bruto aún no ha logrado recuperar los niveles de 2008.
En 2009, el PIB lituano se desplomó un 15%. El Gobierno impulsó una devaluación interna que conllevó recortar un 30% los sueldos públicos y las pensiones. Además redujo el salario mínimo hasta acumular una pérdida de poder adquisitivo de un 25%. En 2013 subió ligeramente el SMI, en 2014 se congeló y equivalía a 290 euros, mientras que ahora con el redondeo subirá a 300 euros.
Los cambios económicos para salir de la crisis e incorporarse al euro han supuesto la bajada de impuestos directos, la subida del IVA, la elevación de la edad de jubilación, el recorte del gasto social, la flexibilización del mercado laboral y la reducción de los trámites para crear empresas. Estos ajustes de segunda generación se sumaron a los realizados en los noventa para completar la transición de una economía centralizada a una de libre mercado. Como resultado, a finales de 2013, el 30,8% de la población estaba en riesgo de pobreza o exclusión social, según Eurostat.
Optimismo en Bruselas, desconfianza en Lituania
En cualquier caso, la Comisión Europea es optimista sobre el futuro de Lituania. Estima que cerrará 2014 con un avance del PIB del 2,7% y que este año crecerá un 3,1% para acelerar hasta un 2,4% en 2016. Considera que la demanda interna sostendrá el crecimiento, pero la crisis con Rusia frenará las exportaciones lituanas, el consumo y la inversión. Bruselas prevé que el paro caiga del 11,2% al 10,4% en 2015 y que la inflación siga baja.
La mayoría de los lituanos cree que el euro tendrá consecuencias negativas
Pese a la mejoría de los indicadores económicos, la mayoría de los lituanos (48%) cree que el euro tendrá consecuencias negativas para su país, según el Eurobarómetro de septiembre, frente al 44% que creen que será positivo. Lo que indica una mejor percepción que en la anterior encuesta. Con todo, el 12% considera que los efectos serán muy negativos. Acerca del cambio de divisa la población lituana aparece totalmente dividida, el 49% está en contra del euro y el 47% está a favor.
La principal preocupación para el 41% de los lituanos es que la introducción del euro suponga una subida de precios, según el último Eurobarómetro. Una inquietud que comparten con el Banco Central Europeo que señala en su informe de convergencia: “el mantenimiento sostenido de unas tasas de inflación reducidas en Lituania constituirá un desafío a medio plazo, ya que podría ser difícil controlar las presiones internas sobre los precios y evitar un recalentamiento de la economía con tipos de cambio fijos”.
Dos semanas de convivencia entre monedas
La lita no desaparecerá de repente, dejará de tener curso legal el 16 de enero de 2015, pero se podrá pagar con ambas monedas durante un período de dos semanas, aunque la vuelta se entregará por lo general en euros.
A lo largo de este año se acuñarán 370 millones de monedas de euro con el guerrero lituano Vytis luciendo su armadura a caballo por un lado y 132 millones de billetes de distintas denominaciones de euro para reemplazar las litas. El diseñador de la imagen, Antanas Zukauskas, recuerda que la representación del caballero estaba prohibida en la época soviética y explica a Euronews que hay un vínculo poético entre el símbolo nacional y el de la UE: “Vytis galopa a través de los cielos europeos cuajados de estrellas”.
Los billetes y monedas en litas podrán canjearse sin coste alguno hasta el 1 de marzo en 330 oficinas de correos y algunas cooperativas de crédito de Lituania. También podrán canjearse en cualquier sucursal bancaria hasta el 30 de junio. Algunas entidades bancarias continuarán canjeando billetes en litas hasta el 31 de diciembre de este año.
El Lietuvos bankas (banco central lituano) canjeará de forma gratuita los billetes y monedas en litas en cantidades ilimitadas y por tiempo indefinido. Los billetes en litas también podrán canjearse sin coste alguno en otros bancos centrales de la zona del euro del 1 de enero al 28 de febrero de 2015, pero la cantidad que podrá canjearse está limitada a 1.000 euros por persona, operación y día.
Por su parte, el Banco Central Europeo (BCE) comienza a supervisar directamente a los mayores bancos lituanos desde este jueves. Esto afecta a los bancos más grandes de Lituania: SEB bankas, Swedbank y DNB bankas. Las tres entidades superaron los test de estrés de la Autoridad Bancaria Europea.
La presidenta lituana, Dalia Grybauskaite, valoró en julio que “en el plano geopolítico, el euro aportará más seguridad” y añadió que desde ahora “somos parte de un grupo de países competitivos que toma decisiones importantes en materia presupuestaria y monetaria. No nos contentamos con aplicar las decisiones, formamos parte del proceso de decisión”.
Precisamente, la entrada de Lituania en el euro afectará la representatividad de España en el Banco Central Europeo. El gobernador del Banco de España, Luis María Linde, no tendrá derecho a voto en la reunión de política monetaria del BCE del 22 de enero por la entrada en vigor del nuevo sistema de rotación de votos en el consejo de gobierno de la entidad.
Lituania no será el último país en entrar en el euro. Bruselas examinará en 2016 si Bulgaria, República Checa, Croacia, Hungría, Polonia, Rumania y Suecia cumplen los criterios de Maastricht. Los casos del Reino Unido y Dinamarca son diferentes porque cuentan con una cláusula de exención que les permite no participar en la divisa única.
VLCNoticias|Redacción