Valencia Noticias | Redacción / AVAN. Fotos: Manuel Guallart.- Este pasado martes, el barrio de Ruzafa vivió una de las fiestas más entrañables y que cuenta con mayor arraigo entre sus vecinos: San Blas. Los más mayores ya nos recuerdan que en su infancia el reparto de panes bendecidos a la puerta de la parroquia de San Valero Obispo y San Vicente Mártir, con motivo de la festividad de San Blas, venerado tradicionalmente como abogado contra los males de garganta.
Así, este pasado martes el cardenal arzobispo de Valencia, Antonio Cañizares, presidió una eucaristía en la parroquia de San Valero Obispo y San Vicente Mártir con motivo de esta hermosa fiesta tras la cual se procedió al reparto de 50.000 panes bendecidos; reparto que se prolongó a lo largo de todo el día.
A las cinco de la tarde se celebró la ‘passà de xiquets’, un acto tradicional en el que las madres acercan a sus hijos pequeños al altar para ungirles la garganta con aceite bendecido para que el santo les proteja contra las enfermedades de garganta.
Media hora después, la imagen de San Blas era trasladada en procesión acompañada por centenares de niños que también pasaban delante del santo para pedir su protección contra las enfermedades de la garganta, siguiendo una antigua tradición.
La parroquia permaneció abierta ininterrumpidamente hasta las 20.30 horas para permitir a los feligreses la veneración de la reliquia del santo conservada en un relicario en el interior del templo, así como para que pudieran adquirir panes y aceites bendecidos.
San Blas fue un médico y obispo de Sebaste, población actualmente en Turquia, durante los siglos III y IV. Hizo vida eremítica en una cueva en el bosque del monte Argeus, que convirtió en su sede episcopal. Fue torturado y ejecutado en la época del emperador romano Licinio durante las persecuciones a los cristianos de principios del siglo IV.
Uno de los primeros milagros que se le atribuyeron a la intercesión de San Blas fue la curación de un niño al que se le clavó una espina de pescado en la garganta y desde entonces se le venera como protector contra los males de garganta.