Un viernes de 1960, en la plaza de Santa Creu, después de asistir a clase un pequeño grupo de amigos comentábamos alterados una noticia novedosa. En Valencia se iba a rodar una película con un niño como protagonista y se decía que iban buscando a otros de la misma edad para servir como extras. También buscaban adultos para participar, hasta músicos, indicaban.
Todo el fin de semana fue el comentario general. Pasaron los días hasta que una mañana, frente a las torres de Serranos, se agolpó una multitud alrededor de unos automóviles negros. Tenía lugar el rodaje. Apoyados en la barandilla del pretil, mirábamos absortos las tomas de la película que se repetían una y otra vez de un niño corriendo por la bajada al cauce y otra persona que lo perseguía. Todo ocurría un jueves de mercado de burros con compradores y vendedores frente al puente de madera. En una de esas tomas el niño cayó al suelo y los “espectadores” reímos este infortunio.
Apoyados en la barandilla del pretil, mirábamos absortos las tomas de la película que se repetían una y otra vez de un niño corriendo por la bajada al cauce…
Lo que más recuerdo es en el momento de una escena rodada junto a mi casa. En la calle del pintor Fillol y la plaza del Árbol se recreó el choque de dos bicicletas. Estábamos detrás de la cámara, a unos quince metros, separados por una cuerda que colocaron atravesada en la calle Baja.
La película no fue estrenada en España. Ahora, después de más de cincuenta años, la he visto en su versión original y me ha traído estos recuerdos de mi niñez.
La película no fue estrenada en España. Ahora, después de más de cincuenta años, la he visto en su versión original y me ha traído estos recuerdos de mi niñez. Es cuando me percato que fue rodada íntegramente en Valencia y que las secuencias representan un recorrido por la ciudad de ese año con importante contenido urbano y social. No sólo se aprecian imágenes del centro sino de otros barrios como Marxalenes, Benimamet, El Carme, el Marítim… hasta las fallas, incluyendo un monumento y su cremà en la plaza de Serranos. Tal vez alguna institución valenciana debería hacer gestiones para que el film fuera doblado y exhibido en Valencia ya que representa todo un documento gráfico-histórico de la ciudad.
Estos son los recuerdos. Hasta hace unos días pensé que la película se titulaba: El pequeño ladrón. No nos contrataron como extras. Tuvimos ese sueño de niños con diez años de edad. Un millón de ilusiones.