Según información subida por el correo.Un deportista subió a las redes sociales una foto donde se ve, de nuevo, como se ha colocado un cable en un sendero cerca de Liencres, en el monte La Picota la cual ha tenido una gran repercusión tras la muerte de un ciclista en Arenillas de Ebro el pasado martes al topar con un cable colocado en un camino de la localidad cántabra de Valderredible.
El ciclista fallecido llevaba casco y frenó antes de topar con el cable, donde prosiguen las diligencias abiertas en el Juzgado de Reinosa por la muerte de Jesús Ángel Santos Redín, en la que la Guardia Civil implicó a dos personas por un presunto delito de homicidio involuntario. Las dos personas que supuestamente colocaron el cable que provocó la caída pasaron por las dependencias judiciales a declarar y permanecen ahora a la espera de lo que dictamine el juez. El resultado de la autopsia será clave para la investigación. Como contó El Diario, los agentes determinaron, a la vista de la escena del accidente, que la víctima llegó a ver el pastor eléctrico y frenó bruscamente antes de precipitarse al suelo. Una caída que resultó mortal pese a que llevaba el casco puesto.
Fotos: Pernececientes a la búsqueda de Google
Desde los propios perfiles de la Guardia Civil en las redes sociales se ha hecho un llamamiento a la colaboración ciudadana para erradicar este tipo de comportamiento criminal, insistiendo en que es preciso comunicar inmediatamente al SEPRONA cualquier tipo de trampa encontrada en el monte.
En los últimos años están proliferando en los montes españoles, según distintos colectivos de ciclistas y motoristas . Supuestamente, estas trampas para ciclistas hábilmente camufladas por todo tipo de senderos son colocadas por aficionados a la caza y ganaderos que, cansados de que los ciclistas circulen por dichas zonas, intentan impedir el paso mediante una serie de prácticas que solo pueden ser calificadas como imperdonables. Maderas con clavos enterradas en el suelo, alambres colocados estratégicamente entre árbol y árbol e incluso estacas de madera ocultas cortando los caminos son algunas de estas supuestas trampas, potencialmente peligrosas para los ciclistas pero también para cualquier persona que disfrute de un paseo por la naturaleza.
En cuanto a las consecuencias penales parece ser, no está confirmado, que poner una trampa para ciclistas no se puede considerar ni homicidio en grado de tentativa, pero sí puede calificarse como lesiones imprudentes con el resultado que tengan. “El que lo pone no lo hace pensando que va a matar a alguien”, explica.
Los ciclistas no son el único colectivo que sufre esta práctica. También lo hacen los motoristas, para los que puede resultar más mortífera. “Es increíble que haya personas capaces de colocar un alambre, sabiendo que eso mata”, exclama Ángel Viladoms, presidente de la Real Federación Motociclista de España. Viladoms señala que los responsables son individuos aislados que se proponen “hacer daño de verdad”.
Mientras los culpables esconden sus trampas bajo la hojarasca del monte, Fernández procura olvidar el accidente que casi le hace perder el labio. Tardó solo 15 días en volver a subir a su bicicleta, pero ahora siempre mira al frente.
Todos los ciclistas coinciden en alertar de que, si alguien se encuentra una de esas trampas en el monte, debe permanecer en el lugar, señalizarlas para que nadie se lesione y llamar a la Guardia Civil. Insisten en que no se deben tocar los objetos para que las autoridades vean cómo y dónde estaba y, sobre todo, se debe denunciar