El arzobispo de Valencia, monseñor Carlos Osoro, alentó ayer tarde, desde la barca del Cristo de la Salud, en medio del lago de la Albufera, y rodeado de decenas de embarcaciones con cientos de personas a bordo, a “confiar en el Señor que aplacó la tormenta en medio del lago de Galilea y que hoy nos sigue diciendo ` no tengáis miedo´, ante las grandes dificultades que afectan a nuestra sociedad”.
El prelado, que presidió por primera vez la tradicional romería del Cristo de la Salud, desde la pedanía valenciana de El Palmar, predicó desde la barca en la que acompañó la imagen del patrón de los pescadores del lago, después de que fuera proclamado el pasaje del Evangelio en el que Jesucristo calmó la tempestad del lago de Galilea, tras ser despertado por sus discípulos atemorizados en la barca.
Monseñor Osoro aseguró que “para mí, es casi como un milagro escuchar hoy esta página del Evangelio yendo en una barca al atardecer y rodeado de tantas otras, en este lugar tan significativo que nos habla de la belleza de la naturaleza y del respeto ecológico que hay que tener a toda la creación”.
Después de expresar cómo el entorno natural del lago invita a “descubrir la grandeza de la cercanía de Jesucristo” , el arzobispo evocó el origen de la devoción al Cristo de la Salud por las epidemias que surgían en torno a la Albufera, y aseguró que hoy tenemos otras `epidemias´ distintas, como son la falta de trabajo, la desesperanza, la desilusión ante tantas dificultades que afectan de muy diversas maneras a muchas personas y que están alcanzando a la raíz más profunda del ser humano, a los derechos fundamentales a tener un trabajo, a crear una familia, a sostenerla y sacarla a delante”.
Ante esta situación, monseñor Osoro invitó a “asumir la vida desde la fe y no relegar la experiencia de Dios porque hemos arrinconado muy a menudo a Dios creyendo que nosotros mismos, sólo con nuestras fuerzas, podríamos resolverlo todo, y nuestras fuerzas no son suficientes”.
Por ello, monseñor Osoro invitó a implorar al Señor, y a “fiarnos de quien calmó la tempestad sólo con sus palabras, porque sus palabras son verdad, sus palabras se cumplen y el nos ha dicho que nunca nos abandona”.
Concluyó el prelado invitando a “descubrir cómo las palabras de Dios son de vida, mientras que las nuestras no lo son, y cómo la fuerza transformadora no es la que viene de los hombres, sino la que viene de un Dios que ha querido hacerse hombre, a través de Jesucristo, como esta tarde en el lago, vemos en el Cristo de la Salud”.
La romería partió de la parroquia de El Palmar y, al llegar al centro del lago de la Albufera, tras la proclamación del Evangelio y la predicación del Arzobispo, monseñor Osoro bendijo las aguas del lago se cantaron los gozos.
En la romería participaron cientos de devotos del Cristo, procedentes de la propia pedanía de El Palmar así como de localidades ribereñas del lago como El Saler, Silla, Sollana, Catarroja, Pinedo y El Perellonet.
VLCCiudad/Redacción