El concejal socialista del Ayuntamiento de Valencia, Pedro Miguel Sánchez, considera que la necesidad del Partido Popular de Valencia de recurrir a los planes de pagos a proveedores del Gobierno de España y la deuda con los bancos del ayuntamiento demuestra que la gestión se ha caracterizado ¨por el despilfarro y el descontrol en el gasto. Si no hubieran existido estos, no estaríamos en la situación actual, de hecho no todos los ayuntamientos tuvieron que recurrir a dichos planes¨.
El concejal socialista cree que ¨el primer paso para resolver un problema es reconocerlo, por ello considera positivo que el PP reconozca las consecuencias de su mala gestión, que ha convertido al ayuntamiento en un lastre para la ciudad.
El grupo socialista ya presentó una moción en la última comisión de hacienda para que el ayuntamiento iniciara acciones administrativas y judiciales por la deuda de la Generalitat, a lo que el PP se negó.
Ahora sabemos por el Concejal de Hacienda que el ayuntamiento retiene 570.800 € que debe a la Generalitat (anterior COPUT) por 6 préstamos (de 1985 a 1994), para compensar parte de los 53 millones que la GV debe al consistorio (15 son impuestos que parece ser que están fraccionados o aplazados).
Por ello, ¨nos alegramos que ahora que el concejal de Hacienda se plantee cobrar esa deuda, a pesar de que en el PP rechazó en la última comisión de Hacienda una moción socialista para que reclamara por vía administrativa y judicial la deuda histórica de la Generalitat. Si ahora lo quiere hacer, la pregunta al PP es ¿por qué no lo hizo antes? Por una vez la alcaldesa debería poner los intereses de los valencianos por encima de los de su partido¨.
El edil insiste en la cantidad de los 221 millones de euros
Los socialistas hemos denunciado la situación del ayuntamiento que tenía pendiente de pago a 30 de junio de 2012, 221 millones, de los que 203 son gastos de capítulo 2 y 6, y por tanto son facturas y certificaciones de multitud de empresas, son los que suministran materiales y energía al consistorio, son los gestores de servicios y son las empresas de construcción. Por tanto, son 203 millones de euros que debían estar en circulación en un momento de gravísima falta de liquidez en el sistema.
De estos 221 millones, 117 son gastos de 2012, y de estos 117, 45 millones son facturas que ya llevan en el Ayuntamiento más de 40 días registradas, que es el plazo que la ley, de medidas contra la morosidad, establece para el abono de facturas por las administraciones públicas. (Este dato figura en el “informe de morosidad del segundo trimestre de 2012”)
La mala gestión durante años del PP ha llevado a la necesidad del ayuntamiento de recurrir a los planes de pagos a proveedores, que tienen un coste para los ciudadanos.
Sumarse al sistema de pago a proveedores del Real Decreto ley 4/2012 supone:
1.- Solicitar 183,2 en nuevos préstamos a los bancos, que tendrán un coste de 60 millones de euros en intereses a pagar en los próximos 10 diez años por todos los ciudadanos, 60 millones que el Ayuntamiento no podrá dedicar a prestaciones servicios e inversiones.
2.- Tuvo que presentar un severo “plan de ajuste 2012 2022” que recorta los gastos municipales para poder abonar los intereses.
Es decir, los socialistas consideramos que los 60 millones de coste son responsabilidad del equipo de Gobierno municipal. Pero también queremos señalar que otras grandes ciudades españolas, con equipos de gobierno de partidos diferentes, no han tenido que solicitar estos préstamos como Barcelona, Málaga, Bilbao.
Los socialistas consideramos que el PP en el ayuntamiento debe hacer un esfuerzo para evitar la acumulación de deuda con proveedores, porque este año han tenido una ayuda excepcional, pero con un coste excesivo para todos los ciudadanos, ya que ha aumentado la deuda con los bancos.
La alcaldesa, Rita Barberá debería aplicar la doctrina “actual” del Presidente Rajoy de no gastar lo que no se tiene, ni despilfarrar por encima de lo presupuestado; si lo hubiera hecho durante sus 21 años de gobierno no estaríamos como estamos ahora, cuando el ayuntamiento de Barberá es un lastre para la ciudad.
VLCCiudad/Redacción