El bloque del presidente turco, que en junio había perdido la mayoría en el Parlamento, se impuso en las elecciones legislativas anticipadas. Huboenfrentamientos entre la policía y manifestantes prokurdos
El Partido de la Justicia y Desarrollo (AKP) del presidente turco Recep Tayyip Erdogan ganó las legislativas anticipadas de este domingo y volverá a tener la mayoría absoluta en el parlamento que había perdido en junio.
Según los resultados difundidos por las cadenas locales CNN-Türk y NTV, el bloque islamista conservador del mandatario, con más del 90% del voto escrutado, obtuvo cerca de 50% de los votos y unos 320 escaños de un total de 550.
La otra sorpresa de la jornada fue el mal resultado el Partido Democrático de los Pueblos(HDP, prokurdo) tras la buena elección que tuvo en junio. Esta vez sólo obtuvo un 10%, un mal resultado pero que le permite mantenerse dentro del parlamento.
Tras el anuncio de los resultados hubo enfrentamientos entra la policía y manifestantes prokurdos en Diyarbakir, una gran ciudad kurda del sureste del país, indicó un fotógrafo de la AFP.
“Turquía ha hecho grandes avances en el camino de la democracia y eso se reforzará nuevamente en la elección de hoy”, expresó el presidente islamo-conservador, Recep Tayyip Erdogan, al votar en Estambul.
En las elecciones del 7 de junio pasado, el partido de Erdogan perdió la mayoría abstoluta en el parlamento y el primer ministro Davutoblu no logró formar gobierno.
El 7 de junio, el Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP) de Erdogan y Davutoglu ganó la elección con 40,6% de los votos y 258 escaños sobre 550, pero perdió la mayoría absoluta que tenía desde hacía 13 años.
Este revés terminó, al menos por un tiempo, con la ambición de Erdogan de imponer en su país una “superpresidencia” con prerrogativas reforzadas.
Los últimos sondeos otorgaban al AKP entre 40% y 43% de las intenciones de voto, cifra insuficiente para obtener la mayoría absoluta y gobernar en solitario.
“Es necesario un cambio para que nuestro país retome aliento. Turquía se ha vuelto ingobernable”, indicó Ibrahim Yener, de 34 años, antes de votar en el distrito de Cankaya en Ankara, un bastión de la oposición.
En julio pasado, el conflicto armado que opone desde 1984 a los rebeldes del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) a las fuerzas de seguridad turcas se reanudó en el sudeste del país, enterrando así el proceso de paz iniciado hace tres años.
La guerra que arrasa la vecina Siria desde hace cuatro años alcanzó a Turquía.
Tras un primer atentado en julio, en Suruç (sur), el grupo yihadista Estado Islámico (EI) cometió el 10 de octubre pasado en Ankara un doble atentado suicida que mató a 102 personas.
Este aumento de la violencia preocupa cada vez más a los aliados occidentales de Turquía,empezando por la Unión Europea, sometida a un creciente flujo de refugiados, en su mayoría sirios, procedentes de su territorio.
“Lo único que quiero es la paz y la fraternidad. Hemos sufrido demasiado en los últimos tiempos”, dijo a la AFP Mahmut Kiziltoprak, un simpatizante del Partido Democrático de los Pueblos (HDP, prokurdo) en el distrito de Sur, escenario de violentos enfrentamientos entre jóvenes armados cercanos al Partido de los Trabajadores de Kurdistán (PKK) y la policía.
Unos 400.000 policías y gendarmes fueron movilizados para garantizar la seguridad de las elecciones, particularmente en el sudeste.
Aunque esta vez no hizo campaña como en las elecciones de junio, Erdogan puso en juego su influencia presentándose como único garante de la seguridad y de la unidad nacional.
“Si nuestro pueblo se pronuncia a favor del gobierno de un solo partido, seguirá habiendo estabilidad”, afirmó el mandatario.