Las grandes superficies comerciales de la ciudad de Valencia no sólo verán limitados sus días de apertura, con la reducción las zonas de libertad horaria de cinco a una, sino que también tendrán que afrontar un incremento del IBI (con un coeficiente del 1,10%, frente al 0,806% general), de aplicación también a locales de alto valor catastral dedicados a ocio y hostelería, espectáculos, uso industrial, deportivo, oficinas y estacionamientos. El alcalde de Valencia, Joan Ribó, defiende que esta subida se adoptará en consonancia con lo que ya aplican otras ciudades, como Madrid, Barcelona, Sevilla, Zaragoza, Málaga y Bilbao. Asimismo, ha anunciado un aumento del 33% en la tasa que abonan los cajeros automáticos que las entidades financieras tienen en la vía pública. Ante todo esto el centro comercial Arena, ubicado en el barrio de Orriols, ha criticado la reducción debido a que es uno de los afectados.
afirmando que “suponía un motor económico del barrio” y que con la no apertura a los domingos se condenaba a un barrio de escaso desarrollo comercial han encontrado respuesta. Pero, no por parte del tripartito –formado por Compromís, PSPV-PSOE y València en Comú- que gobierna la ciudad. Han sido los comerciantes del barrio quienes censuran las palabras del Arena y se muestran “muy molestos”.
“No es un motor económico del barrio. Al contrario, han sido junto a la crisis uno de los causantes del cierre de pequeños comercios que son los que dinamizan la zona”, critica Rafa Hernandiz, presidente de la Asociación de Comerciantes de Orriols. “El barrio sigue subsistiendo por el pequeño comercio. No gracias a la acción del Arena”, agrega.
“Estamos muy molestos con sus declaraciones. Más cuando dicen que no hay un red comercial potente en el barrio”, expresa. De hecho, las afirmaciones del centro comercial chocan con las querencias de los comerciantes. “Estamos a favor de la reducción de horarios comerciales. La apertura los domingos nos ha hecho daño”, concluye.