El Péndulo | Redacción.- La danza vuelve al escenario de Sala Russafa con el estreno absoluto de la pieza ‘Abrazar el abismo’ (23 y 24 enero), una propuesta marcadamente poética de la compañía valenciana La Casa Amarilla. Sobre el escenario, cuatro bailarinas recrean la dinámica entre el movimiento, la huella que deja y cómo ese espacio es reocupado por otra persona. Así, el abismo nunca es un vacío, sino todo lo contrario: un lugar en el que se almacenan vivencias, sentimientos y experiencias de los que ya pasaron por él.
Con dramaturgia del escritor y creador audiovisual Álvaro Moliner y música original de Edu Marín, Cristina Gómez dirige esta sensible pieza que interpreta junto a Ana Lola Cosín, Nuray Imankulieva y María Martí. A través de las coreografías, la ambientación sonora y una cuidada iluminación descubrimos cómo las historias no son más que una sucesión de huellas dejadas y retomadas por personajes que van llenando el vacío. La compañía valenciana, una de las más inquietas del panorama local, presenta un nuevo espectáculo manteniendo su línea de investigación en la que el cuerpo se convierte en una herramienta narrativa sin límites y cargada de emoción.
Otra sensible propuesta llega de la mano de la compañía asturiana Luz, Micro y Punto, que estrena en Valencia ‘On, el funambulista’ (única función el 24 de enero), un espectáculo que ha pasado por varias localidades de Asturias y Galicia, así como por Madrid, Cataluña y País Vasco, entre otros puntos de España. Una extensa gira que le ha llevado hasta Malta a esta joven formación, revelación en FETEN 2014, fundada por Patricia Toral y Chantal Franco. Se les une la compositora e intérprete Verónica R. Galán, autora de una banda sonora envolvente realizada con piano, acordeón y efectos sonoros conseguidos con un metalófono, cuyos pasajes musicales interpreta en directo. Un retroproyector, imaginación, luz y sombra son las bases de un onírico espectáculo en el que el público se introduce en el interior de On, una marioneta funambulista, en busca constante de equilibrio.
Una puesta en escena etérea, relajante, llena de color, fantasía y maestría que deja con la boca abierta a grandes y pequeños, permitiéndoles presenciar en directo cómo se montan cada una de las escenas que componen este viaje, con decorados hechos a mano a partir de materiales de un solo uso, para cada función. Una propuesta artesana para tocar, con los elementos más simples, lo más sencillamente humano.
‘El acorazado Potemkin’ a ritmo de rock experimental
Este viernes, el teatro de Sala Russafa acoge la segunda semana de programación del ciclo de cine mudo musicalizado. Una propuesta que arrancó, agotando localidades, el 15 de enero con la proyección de ‘Nosferatu’, ambientada por la psicodelia espacial de la banda valenciana MKM. Un tono radicalmente distinto al de ‘Raisa’, banda madrileña amante de la psicodelia y el rock experimental de tintes industriales y oscuros.
En su primera visita a Valencia, retoma la actuación realizada en el Centro Cultural Conde Duque de Madrid, en la que ponen música en vivo a ‘El acorazado Potemkin’, obra maestra del cine soviético. El film, rodado en 1925 por S.M.Einsestein para conmemorar el vigésimo aniversario de la revolución bolchevique, contiene algunas de las escenas más famosas de la historia del cine. Una oportunidad para disfrutar de la mezcla entre la estética vanguardista de este clásico y los caminos iconoclastas de la nueva escena musical independiente española.
El ciclo se cerrará la próxima semana con la banda valenciana La Muñeca de Sal, que pondrá música en vivo a ‘Fausto’ (29 de enero), otro inolvidable clásico de Murnau.