Valencia Noticias | Ana Belén López.- “Busca la caseta donde sólo vendan libros en Valencia; pregunta en la caseta número 27 cuál está siendo el libro más vendido; busca la carpa donde se está realizando el taller de las 12…”, son algunas de las preguntas que un grupo de escolares tenían que responder durante su visita a la Fira del Llibre en València. Un cuestionario realizado por sus profesores para que los pequeños se familiarizarán un poco más con ese gran desconocido para muchos llamado “libro”. Y así, con entusiasmo y motivación se podía ver con los niños corrían de un lado a otro buscando respuestas a todas esas preguntas.
A las actividades realizadas por cada centro se suman las decenas de talleres que, desde que dio comienzo la 51 edición de este evento el pasado miércoles 20 de abril, se han llevado y se llevarán a cabo. Todo para un mayor fomento de la lectura entre los más jóvenes, para quienes leer es una de las últimas opciones durante su tiempo libre; para quienes leer es igual lo mismo que ‘aburrido’ u ‘obligación’. Así los demuestran las últimas cifras sobre los índices de lectura donde la Comunidad Valenciana se encuentra por debajo de la media española con un 56,8% de lectores frecuentes o la segunda a la cola (sólo por delante de Canarias) en compra de libros.
“A la mayoría de niños sus padres les dan dinero para comprar algún libro, pero ellos prefieren gastarlo en chucherías”, afirma Francisco Ivars de la librería Berlín. Así es, por muchas actividades que haya programadas para ello, son muy pocos jóvenes los que se acercan por su propio pie durante su visita a interesarse por un libro. ¿Dónde está problema? Todo radica en la forma de fomentar la lectura desde la familia y la escuela. “Para ellos los libros son algo obligado que tienen leer para pasar un examen, cuando si queremos que nuestro jóvenes lean deberíamos de presentarles los libros como algo divertido y no obligado”, explica Ivars. “Nosotros sólo queremos que lean, por eso damos la posibilidad en nuestra librería de que cambiar el libro si no les gusta”, añade.
Pero quienes también deben de contribuir a esto son los padres, incentivando la cultura de la lectura en sus hijos desde el principio. Por este motivo, muchos padres conscientes del problema ya se han puesto manos a la obra y durante el pasado fin de semana decidieron visitar con sus hijos la Fira del Llibre. “Lo cierto es que el sábado y el domingo pudimos vender no sólo los libros más vendidos como los premios Planeta o superventas, sino libros que demanda un público más lector como ‘El día del watusi’ (Francisco Casavella) o ‘Tú no eres como las otras madres’ (Angelika Schrobsdorff)”, cuenta este librero.
En una sociedad donde las videoconsolas y los juegos interactivos son la principal distracción para los niños, el simple gesto de ver a sus padres comprar un libro puede ser el primer paso para que los pequeños se familiaricen con la lectura. Al mismo tiempo que colegios e institutos tendrían que abandonar la costumbre de examinar a sus alumnos de lecturas obligados y buscar la motivación de leer por otras vías. Como por ejemplo que la cita de la lectura no sólo sea una vez al año en la Fira del Llibre, si no que este tipo de salidas se hagan más a menudo bibliotecas y archivos de la Comunidad.