Valencia Noticias | Agencias.- Sin lugar a dudas Griezmann fue la gran figura del encuentro al anotar las dos estocadas ante un aguerrido cuadro germano que pese a dominar gran parte del partido, no pudo hilvanar una jugada de peligro para llegar al gol.
El primer tiempo comenzó con muchísima emoción y una Francia con hambre de triunfo, pero poco a poco Alemania impuso sus términos y fue completo dominador de las acciones y el peligro en las porterías.
Fueron diez minutos de agobio, de presión desbocada, pero no acabaron en nada. Alemania recompuso la figura y, con la entereza del campeón del mundo, fue creando superioridades en todas las zonas del campo.
Tuvo el balón Toni Kroos , imperial, jugó entre líneas Mesut Özil y Francia se encontró defendiendo en su campo, con Griezmann diez metros detrás del círculo central y si posibilidad de contragolpe. En esos momentos, sólo Hugo Lloris, con un par de despejes de mérito y Samuel Umiti , providencial al cruce frente a un caótico Thomas Müller, evitaron que el juego alemán tuviese recompensa.
Y, sin embargo, los campeones del mundo llegaron al descanso por detrás en el marcador. Francia, que no se había vuelto a acercar con peligro a la meta de Neuer más que con un contragolpe de Olivier Giroud, que cortó tirándose con todo Benedikt Höwedes , se encontró con un ingenuo penalti de Bastian Schweinsteiger en el 45.
Una mano dentro del área, ante Patrice Evra, increíble para el jugador europeo que más partidos de fases finales ha disputado (38).
No falló Griezmann y cambió el curso de la semifinal y el ánimo de una selección alemana que no aturdida por el marcador, pese a su 64 por ciento de posesión.
Tras el descanso, mantuvo su plan Alemania, que de nuevo golpeada por una lesión, ahora de Jerome Boateng , pero con menos profundidad, por lo que Löw sacó a Mario Götze , el héroe del Mundial otra vez al rescate.
Pero no hubo forma. Griezmann aprovechó el primer balón que el cayó al área, tras un apurado despeje de Manuel Neuer y sentenció la clasificación ante un equipo alemán sin suerte (Julian Draxler estrelló un balón en el larguero) que tiró de orgullo y cayó con dignidad.