En la primera planta del Museu de les Ciències, un péndulo colgado desde lo alto de la estructura del techo, y con una base circular con elementos móviles, demuestra que la tierra gira sobre su propio eje. Con una longitud de 34 metros, es uno de los más largos del mundo, y su ciclo de giro completo es de 38 horas. En realidad, no es el péndulo el que gira, sino la tierra, y con ella todo el Museu se mueve “alrededor” del péndulo. Es por eso que puede ser considerado como el módulo interactivo más grande del Museu ya que interactúa con el propio movimiento del planeta.
El plano de oscilación del Péndulo permanece invariable y, mientras tanto, el suelo gira debajo de él. A medida que la Tierra se mueve el péndulo va derribando una serie de bolas. En torno a él, se congregan los visitantes para observar cómo van cayendo las bolas.
Desde que se puso en marcha con la inauguración del Museu de les Ciències en el año 2000, el Péndulo de Foucault ha dado una total de 3.623 vueltas completas. Su creación se debe al físico francés Bernard Leon Foucault que en 1851, dentro del domo del Panteón de París, suspendió un péndulo de 67 metros de largo del que colgaba una bala de cañón de 28 kilos y demostró que la Tierra gira sobre su propio eje. Por supuesto, Galileo tenía razón.