Valencia Noticias | Redacción.- Un año más, la comida y la bebida han sido dos de las grandes protagonistas de la fiesta, junto con el estruendo y el olor a pólvora. Y no todo han sido paellas y agua de Valencia: la capital del Turia dispone de una amplísima oferta gastronómica capaz de contentar todo tipo de paladares y gustos, como demuestra el hecho de que era prácticamente imposible reservar en ningún restaurante durante los días de celebración.
Aunque la mayoría de los turistas tuvo que conformarse con bocadillos y otras opciones take away más o menos low cost, un puñado de afortunados pudo disfrutar de la parada de medio día entre fallas y ninots en sitios tan especiales como La Rollerie, que cuenta en Valencia con uno de sus locales más emblemáticos, en el que disfrutar de un fabuloso menú del día, su fantástica cocina de toques internacionales y, cómo no, sus famosísimos rolls de canela.
Momento álgido para el turismo
El número de reservas realizadas hasta una semana antes del comienzo de la celebración era del 80% de la disponibilidad en los hoteles miembros de la Unión de Hostelería, por lo que era de suponer que, durante la fiesta, el porcentaje de ocupaciones llegaría hasta el 90%. La suposición pasó a ser un hecho.
No hay que pasar por alto que la estancia de este enorme bastión de turistas implica que la ciudad está recuperando con creces la inversión hecha por el Ayuntamiento, que sólo este año ha entregado a las comisiones falleras 1.632.856 euros, subvención empleada solamente para la realización de los monumentos.
Tradición cervecera
El alcohol fue uno de los grandes presentes dentro de esta celebración. Luego de los escombros, producto de las fallas quemadas, una enorme cantidad de latas y botellas ayudó a formar el cuerpo de las 10 toneladas de basura, que fueron retiradas de las aceras durante las primeras horas de la madrugada del 20 de marzo.
La fiesta de los carpinteros y la quema de los ninots
Algunos expertos opinan que la fiesta tiene su origen histórico en las celebraciones realizadas a comienzo del siglo XIX por los carpinteros de la ciudad. El motivo de la fiesta era la llegada de la primavera. En ese momento, como señal de regocijo, los carpinteros quemaban todos los pertrechos viejos y virutas de maderas sobrantes de sus trabajos anteriores.
En la actualidad los días de la festividad se aprovechan para mostrar las fallas, esculturas de madera que pueden llegar a tener hasta 30 metros de altura y que representan motivos variados. En vez de sobras o virutas, en la celebración contemporánea son estas preciosas armazones de maderas las devoradas por el fuego, a medianoche del 19 de marzo.
¿Qué hacer en Valencia durante la celebración histórica de las Fallas?
Las fallas son una celebración de larga data dentro de la comunidad autónoma de Valencia. Poseen un gran valor para los ciudadanos que participan en ellas (los así conocidos “falleros”) y atraen a miles de turistas de todas partes del mundo, interesados en presenciar uno de los espectáculos artesanales más impresionantes que hay.
La celebración dura por cinco días, del 15 al 19 de marzo, aunque hay una ceremonia que se realiza el último domingo de febrero en el que todas las comisiones falleras se reúnen ante la puerta de la ciudad.
La jornada de cinco días transcurre según un programa, trazado por la tradición, que empieza con la Exposición del Ninot y culmina en La Noche de la Crema. Pero en el intermedio hay muchas cosas que puedes hacer: desde ir a interesantes museos hasta degustar una rica paella valenciana en uno de los restaurantes de su casco histórico. Quien lo prueba, repite, como puede verse en las experiencias que cuentan multitud de blog personales
Pasada la fiesta, sólo nos queda pensar en la siguiente: apenas faltan unos días para la Semana Santa y, cómo no, los blogger de gastronomía nos muestran las mejores recetas de cocina para los días que vienen. ¡A disfrutar!