Fuera de circulación en las últimas semanas tras partirse la cara por el Levante, y de forma literal, en el duelo ante el Girona, Boateng desafió al tiempo, y quizás hasta los pronósticos médicos, para instalarse de nuevo sobre el verde con la elástica azulgrana ajustada a su piel. Cuestión de compromiso y también de implicación. Y de sentido de pertenencia a un grupo que no duda en ofrecerle muestras de veneración en público y en privado. El atacante de Ghana desató las pasiones en el Ciutat Valéncia cuando el partido moría para experimentar en primera persona, y proyectar hacia la grada, las emociones personales e intransferibles inherentes al gol.
Boateng decidió enmascarse para retornar a las cercanías del área contraria, pero esa máscara que protegía la zona del rostro afectada, tras el terrible golpe de Montilivi, no le impidió ver todo lo que acontecía sobre el pasto con una claridad meridiana, principalmente en la acción que clausuraba un duelo metálico y áspero. Con un aire de bandido moderno saltó al verde del coliseo del barrio de Orriols dispuesto a dejar su impronta.
Quizás nadie como él ejemplifique la metamorfosis que ha experimentado el Levante en los últimos tiempos en el marco de la Liga. Ubicado en el vértice del área contraria mantiene un continuado debate con los adversarios, reta a los defensores con pasión, vuela sobre el cielo para descargar los balones aéreos, dibuja diagonales mortíferas y conjuga con el gol. Y ante el Málaga la diana alcanzada contiene un sentido bíblico ante su tremenda significación. Quizás fuera cuestión de fe o quizás fuera por ese instinto de supervivencia que le ha permito sobreponerse a la adversidad y disfrutar de jornada de gloria. Lo cierto es que Boateng apareció en el corazón del área de Roberto cuando la igualada parecía una condena menor. Boateng tocó lo justo para enardecer a la masa social granota. Quizás sea un gol tosco, pero su valor es incalculable.
El levantinismo militante se abonó a otro final de vértigo en el Ciutat en esa batalla por sobrevivir en las aguas turbulentas que marcan el descenso. La congoja marcó el relato postrero. La noche presagió emociones fuertes desde el sentido homenaje a Morales por su condición de centenario. De nuevo el último minuto fue crucial y determinante siguiendo el guion establecido en el duelo ante la U.D. Las Palmas. Boateng tomó el testigo de Campaña. El hecho puede imputarse a azar o a la creencia en una idea; fortuito o causal. No fue una cita fácil de metabolizar desde la misma epifanía. El Levante sintió el yugo de la opresión sobre sus botas desde el instante en el que el balón echó a rodar. El duelo nacía desde la responsabilidad y desde la obligación. De repente la victoria adquiría un valor superlativo.
La presión es un componente de ida y vuelta en las últimas semanas de la competición. Hay puente aéreo. Es un vaivén vertiginoso. Va y viene en virtud de los marcadores y de las percepciones. Y el Deportivo había logrado desenmascarar al Athletic en San Mámes, si bien cerró el choque siguiente ante el Sevilla como local con un empate agriculce.
El Levante se sentía oprimido. Quizás su corazón le proponía un tipo de partido que la mente le negaba. Suele suceder en instantes caracterizados por la angustia. La inquietud y el desasosiego nublan el camino a escoger. No es sencillo sobrevivir en un entorno hostil. Hay que mantener una fuerza anímica descomunal. No hubo noticias de la escuadra granota durante el primer capítulo del juego. Desde otro prisma; Oier acaparó protagonismo tras un cabezazo de Ideye y un disparo terrorífico del Chori Castro. El Málaga demostró dignidad sobre el verde en noventa minutos devastadores por el desenlace definitivo. Es la cara oculta del fútbol.
El equipo de José González mostró criterio e intenciones con el balón. El Levante fue un bloque excesivamente largo. La medular se convirtió en un páramo. Campaña se alistó en la reanudación. Probó los reflejos de Roberto con un disparo desde la media distancia. Coke rozó con el flequillo el gol en una acción de estrategia. El paso por el vestuario mitigó la ansiedad mostrada por el Levante.
El equipo granota se reconcilió consigo mismo. Roger no logró culminar un pase diabólico de Boateng. Y el larguero escupió un centro de Campaña. No obstante, restaba por materializarse el espíritu indómito de Coke. El lateral madrileño protagonizó la intrahistoria del gol de Boateng. Fue con el tiempo ya cumplido cuando, desafiando el cansancio y la extenuación, trató de proyectarse hacia la meta de Roberto.
Coke, un tipo optimista por naturaleza, genera un efecto de contagio sobre sus compañeros. El defensor filtró sobre la aparición de Lukic. Boateng hizo el resto para aprisionar una victoria que puede ser capital.
Alineaciones:
Levante UD:Oier; Pedro López, Cabaco (Postigo, 46′), Róber Pier, Coke; Morales, Lerma, Campaña (Lukic, 82′), Ivi (Jason, 69′); Roger y Boateng
Málaga CF:Roberto; Rosales, Miquel, Luis Hernández, Miguel Torres; Lestienne, Lacen (Iturra, 67′), Adrián, Chory (Bueno, 76′); Rolán e Ideye (Borja Bastón, 83′).
Árbitro:Jaime Latre (Colegio Aragonés). Amonestó a los levantinistas Lerma (36′) y, por parte del Málaga CF, a Adrián (89′).
Goles:1-0, min. 93: Boateng.
Paco López; “No se le puede negar que este equipo tiene fe”
Cuestión de convicción para rasgar el partido en el último minuto. Es un aspecto que resalta Paco López embargado por la emoción apenas unos minutos después de conquistar una victoria ante el Málaga que destila felicidad y que acerca al grupo al objetivo de la permanencia. “No se le puede negar que este equipo tiene fe”, planteó el preparador acentuando la fortaleza mental del equipo. Se trata de un aspecto compartido. En ocasiones los equipos se asemejan a sus entrenadores. “Yo te puedo decir que el primero que cree en ganar hasta el último segundo soy yo. Y más allá de los impulsos, con el partido roto, continuaba pensando que podríamos hacer gol hasta el final”.
La diana de Boateng desató la pasión en el Ciutat de València. “No te sabría explicar lo que he sentido. Todo son sensaciones positivas. He pensado mucho en estos jugadores, en este año de sufrimiento. Y sobre todo hemos tenido una vez más el premio a la fe y el convencimiento”. El entrenador incidió en el valor de la diana alcanzada por Boateng. “Es una demostración más de que yo he dicho varias veces que he notado una implicación y un compromiso máximo, y esta es la demostración”.
No obstante, el técnico aparca la euforia para optar por la prudencia. “Estoy muy contento, pero mañana por la mañana estaré pensando en el próximo partido”. Paco López enfatizó la complejidad de la confrontación. “Emocionalmente era un partido difícil porque es verdad que partido entre semana. No es fácil, con estos horarios, la diferencia con el partido de Las Palmas era ese. A partir de ahí no sé si ha podido influir. No hemos entrado bien en el partido. A nivel de juego no hemos estado acertados en el pase. El juego interior nos ha costado interpretarlos. Ha habido aspectos del juego que no me han gustado, pero la
De los cuartos de la Champions a Segunda: un lustro convulso del Málaga.
El club presidido por Al Thani pierde la categoría tras una década en Primera. Tras salvarse el año pasado, consuma su decenso a falta de cinco jornadas
El Málaga Club de Fútbol jugará en Segunda División la próxima temporada después de llevar una década en Primera y de haber disputado los cuartos de final de la Liga de Campeones en 2013, un proyecto que se ha derrumbado este jueves tras la derrota de los andaluces ante el Levante (1-0) en la 33ª jornada.
El equipo que dirige José González está a 17 puntos de la salvación cuando tan solo quedan 15 por disputarse. Un descenso que se venía anunciando desde el comienzo de temporada y que muchos vaticinaban durante el verano, después de la venta de algunos de sus mejores jugadores.
Fue el caso de Ignacio Camacho, que puso rumbo a la Bundesliga, o Sandro Ramírez, la gran revelación goleadora de la temporada pasada, que acabó marchándose a la Premier. Entre otras bajas destacables estuvo la de Pablo Fornals, que cambió Martiricos por Vila-real dejando sin un gran recurso ofensivo al equipo que, por aquel entonces, entrenabaMíchel.
El técnico madrileño llegó a Málaga el pasado curso con el objetivo de salvar a los suyos. Así lo hizo e intentó alcanzar la misma meta esta temporada, pero fue destituido el 13 de enero del presente año. La solución fue buscar a un hombre de la casacon el objetivo de enmendar el rumbo, pero desde entonces ha conseguido una sola victoria.
El proyecto arrancó torcido, pero se torció aún más con el devenir de los resultados y con la fatídica racha entre diciembre y marzo. Esa dinámica dejó al Málaga fuera de toda pelea.
De esta forma se cierra una de las etapas más gloriosas en la historia del Málaga, que en la última década escribió la página más brillante con su clasificación para los cuartos de final de la Liga de Campeones. El Borussia Dortmund de Jurgen Klopp fue el único que pudo apartar a los blanquiazules en un partido para el recuerdo.
Con los fichajes deIsco, Joaquín, Van Nistelrooy, Cazorla, Monreal o Demichelis, el jeque Al Thani deslumbró con presentaciones de jugadores más ostentotas que las del Real Madrid o el Barcelona. La inversión rondó los 200 millones de euros y permitió que la Costa del Sol sonase en toda Europa gracias a su equipo de fútbol.
Aviso la temporada pasada
Después de aquella temporada, el Málaga se despidió de Europa y fue castigado por la UEFA con un año de sanción por “impagos a otros clubes”. Sin embargo, el cuadro boquerón aguantó el tipo en el campeonato doméstico con la undécima posición al curso siguiente. El marroquí Amrabat, el paraguayo Santa Cruz o el camerunésKameni, entre otros, dieron lustre a un equipo que seguía acostumbrado a ganar.
Los dos años siguientes el equipo acabó noveno y octavo de la mano de Javi Gracia y con jugadores como el Chori Castro, Charles, Juankar o los últimos coletazos del capitán Duda hasta que la temporada pasada llegó el primer aviso con dos cambios de entrenador. ElGatoRomerosustituyó a Juande Ramos y Míchelapagó el fuego antes de que fuese tarde.
Sin embargo, esta temporada el Málaga no ha podido evitar un descenso que le lleva a Segunda diez años después de su última experiencia