Otra vez tocó tarde mágica en Mestalla. La parroquia, fiel a su equipo y al son del ya famoso #TotsPodem -que por cierto, este hashtag llegó a ser tendencia en España- aupó al equipo hasta conseguir una aplastante victoria ante Osasuna, que salvo dos disparos cruzados en los primeros compases del partido, pareció no haberse bajado del autobús. Quizás el partidazo de Mathieu y Ricardo Costa tuvo mucho que ver en ello.
Los hombres de Valverde saltaron al campo como una auténtica avalancha, y antes de los cinco minutos el colegiado -al que la grada llamó ‘burro’ y ‘anticasero’ con más frecuencia de la habitual- ya había anulado un gol a Soldado. El Valencia tocaba a lo ‘jogo bonito’, con criterio, pero con peligrosas imprecisiones en el centro del campo. Tino Costa no estuvo muy fino en la primera media hora de partido.
Canales estuvo muy activo en la primera parte, y rozando el gol en varias ocasiones… hasta que se rompió. De hecho, en el descanso sería sustituido por el francés Cishokko para no forzar. El cántabro parece no haberse recuperado completamente de su lesión. Banega se lucía y daba la razón a Ernesto Valverde adelantando su posición en el campo. Suyas fueron las jugadas más vistosas -aparte de los goles- de este VCF que hizo
Sin embargo, no todo fue bonito en Mestalla. Especialmente en la primera parte. Mathieu, que luego se marcaría un magnífico partido, comenzó dubitativo y de hecho, casi se marca un gol en propia puerta a los cinco minutos, al intentar despejar un centro del rojillo Kike Sola. El ataque osasunista se diluía con el transcurso de los minutos y el dominio del Valencia era aplastante, pero con un Tino Costa sin demasiado ‘tino’ y poca destreza de la delantera en el remate… Hasta el minuto 39. Jonas enganchaba un disparo seco que el guardameta osasunista, Andrés, no lograba blocar y el ‘killer’ Soldado, en boca de gol, empujaba a la red.
Era el 1-0 y Mestalla comenzaba a verlo de otro color. Pero aún tendrían ocasión los aficionados de Mestalla de levantarse otra vez antes de acabar el primer tiempo, gracias a un golazo del portugués Ricardo Costa, en un magnífico remate de cabeza tras una falta lanzada por Tino Costa. Corría el minuto ’44 y Mestalla respiraba tranquila al descanso.
El segundo tiempo fue un regalo para los valencianistas, que no vieron acercarse a los ‘rojillos’ a las inmediaciones de Guaita en ningún momento. Las cosas siguieron donde se quedaron en el ’45 salvo por la sustitución de Canales. El Valencia, lejos de relajarse, se acordó del ‘gol average’ con el Málaga y buscó el tercero… que llegó a los diez minutos. Soldado se fue de su par y cuando ya encaraba al meta rojillo era frenado en falta por Arribas en la misma línea del área. El colegiado, aunque expusó a Arribas por ser el último hombre de Osasuna, ‘sacó’ la falta fuera según buena parte del público de Mestalla, que pedía el penalty, pero lo mismo hubiera sido, ya que el golpe franco lo ejecutó magistralmente Banega marcando un precioso gol. Mestalla se emborrachaba de fútbol.
A partir de ese momento, el juego se transformó en un plácido paseo por el césped de los hombres del ‘Txingurri’, mientras Osasuna desaparecía del cesped. Aún así, otra imprecisión del centro del campo valencianista provocó el único atisbo de peligro que mostraron los rojillos en toda la segunda mitad. Otro de los que estuvo magistral fue Guardado, que se vació durante todo el partido sin descanso. Provocando peligro, llegando a alguna que otra pelota imposible, dejándose la camiseta empapada de sudor… Más entrega no se le puede pedir al mexicano.
Lo único que ocurrió entre ese tercer gol y el cuarto, de penalty magistralmente ejecutado por Jonas, fue de color valencianista. Cishokko y Joao Pereira hicieron buenas las entradas valencianistas por banda -por ambas bandas, de hecho- y sólo las faltas de los de Osasuna podían frenarlos. En éstas, el defensa osasunista Timor dejaba a su equipo con nueve y en manos de los de Valverde. El partido acabó con el cuarto gol, que lo marcó el brasileño Jonas desde los once metros sin darle opción alguna a Andrés, que se estiró al palo contrario.
Y no hubo tiempo ya ni para sacar del centro del campo. El Valencia se gustó y gustó a los suyos, y agrandó su cuenta de goles en cuatro, mientras que el Málaga perdía en campo del Granada y pone las cosas más fáciles al club presidido por Andreu.
VLC Ciudad / Javier Furió. Fotos: VCF.