Que el azúcar, las grasas saturadas y el exceso de sal son perjudiciales para la salud es un hecho que cada vez más preocupa a los consumidores y consumidoras . Ahora, para evitar los perjuicios que causan el Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social ha suscrito 20 convenios con 398 empresas alimentarias y de bebidas para reducir, en promedio, un 10 por ciento de azúcar, grasas saturadas y sal en sus productos de aquí 2020.
Y es que, como aseguraba la Organización Mundial de la Salud en el mes de noviembre, el consumo en exceso de azúcar está detrás de la epidemia de obesidad en el mundo, por lo que recomendaba una ingesta máxima entre 5 y 20 gramos.
La dificultad de este asunto es que comemos azúcar sin saberlo, ya que forma parte de casi toda la alimentación industrial. Como se recogía en el Punto Docs “Cuanto más azúcar más amargo” al respecto, el exceso de azúcar, según algunas investigaciones, debido adicción y enfermedades neurodegenerativas, sobre todo, entre los adolescentes.
Un nuevo compromiso para la reducción de azúcar, grasas saturadas y sal
El Plan de Colaboración para la Mejora de la Composición de los alimentos y bebidas se gestó a principios de febrero de 2018, pero su puesta en marcha necesitaba la ratificación de los 20 convenios suscritos con las asociaciones patronales tras recibir el visto bueno de la Abogacía del Estado y Hacienda.
Ahora, el compromiso engloban más de 4.000 alimentos y bebidas de hasta 13 grupos diferentes: bebidas refrescantes, bollería y pastelería, cereales de desayuno, cremas, derivados cárnicos, galletas, helados, néctares de frutas, pan especial envasado, platos preparados, productos lácteos y salsas.
El objetivo es reducir la sal en un 16 por ciento, un 5 por ciento en grasas trans. y un 10 por ciento de los derivados cárnicos, tales como jamón cocido extra, pechuga de pavo, salchichón o chorizo, e igualmente, se pretende disminuir la cantidad de sal en patatas fritas, aperitivos salados o platos preparados en más de un 10 por ciento . En cuanto a las grasas saturadas, las 398 compañías se han comprometido a rebajar un 10 por ciento el contenido en patatas fritas, rosas de microondas o ‘delicias’; y en un 5 por ciento en galletas, rosquillas y bollos.
Finalmente, en azúcar añadido, destaca con una reducción de un 18 por ciento en mayonesas, 10 por ciento en productos lácteos como yogures y batidos, y 5 por ciento en croissants, ketchup o pan de molde.