Movidito el partido que se ha vivido en Mestalla, el primero de la era Djukic en casa. El Valencia CF, con Soldado en la grada, presentó un ataque de circunstancias con el joven Alcácer en punta, apoyado por Feghouli y Jonas.
Mestalla lució una enorme bandera gallega con crespón negro, en un emotivo homenaje a las víctimas del terrible accidente de tren en Santiago de Compostela días atrás.
Los nombres de Djukic comenzaron tocando bien, con algunas ocasiones que, sin embargo, no encontraron diana. Una de las primeras cosas que hizo el Milan fue una falta de las del holandés De Jong, que había recordado a la grada lo bruto que es cuando se lo propone con una entrada criminal a Joao Pereira. Se enfadó mucho el portugués.
Poco después, Guaita hacía el penalty tonto de la semana al milanista Poli, reconciliándose consigo mismo al parar la pena máxima al astro brasileño Robinho. Pero lo que son las cosas, un solo minuto después, precisamente Robinho De Souza marcaba el primero para los italianos en una jugada rápida. Corría el minuto 16.
Joao Pereira volvería a convertirse en protagonista poco después, esta vez atrayendo las iras de los jugadores ‘rossonero’ por no haber echado el balón fuera cuando Robinho yacía sobre el césped lesionado. De la tangana salió Boateng con una amarilla, y Robinho tuvo que ser sustituido por Emanuelsson.
Marcaría el Valencia poco después por mediación de Rami, pero el galo estaba ligeramente adelantado y el colegiado anulaba el tanto. También tendría su gol anulado el Milan, concretamente a Boateng, por entender el árbitro que en la jugada previa había falta de Bonera, al agarrar a un jugador del Valencia.
Sin embargo, cinco minutos después era De Jong quien, desde fuera del área, culminaba en gol un contraataque milanista. El segundo del Milan caía como un jarro de agua fría y dejaba a los valencianistas sin capacidad de reacción, que lo mejor que podían hacer era esperar el descanso y refrescar sus ideas.
La segunda parte comenzó con Guaita en el banco y Alves defendiendo la puerta valencianista. El Valencia comenzaba atacando y esta vez, con criterio. El árbitro se ‘comió’ un penalty claro a Jonas que hubiera podido cambiar el resultado, pero poco después, a los siete minuto, llegaba por fin la recompensa. Una jugada de auténtico lujo en la que Alcácer ejecutaba un control de maestro, aguantando a Antonini, la culminaba Parejo, que sólo tuvo que empujar el balón a la red.
El Valencia revivió a partir del gol, con un Paco Alcácer muy activo que a punto estuvo de establecer la igualada en el ’58. Llegaban los cambios y salían al terreno de juego Juan Bernat, Oriol Romeu, Jonathan Viera, Guardado y Míchel, sentándose Jonas, Javi Fuego, Mathieu, Parejo y Banega.
El mexicano Guardado duraría poco sobre el césped, ya que debido a un golpe muy fuerte tenía que ser sustituido en el 73 con una fuerte contusión en la rodilla. Djukic confirmaría despues, en la sala de prensa, que habrá que esperar unos días hasta conocer el alcance de la lesión. Su sustituto, el joven Fede, se metería a la grada en el bolsillo con un desparpajo que encandiló al respetable.
El argentino, tras varios detalles dignos de mención, ejecutó un chutazo desde 20 metros que fue directo a la cruceta, con el portero milanista ya batido, que hizo temblar la madera. En el ’87, de nuevo sería Fede quien intentaría el gol con un zurdazo a la vuelta de un saque de esquina que hizo lucirse a Abbiati.
El resumen de la última media hora de partido fue un monólogo del Valencia CF, que atacó con insistencia consiguiendo maniatar al Milan, pero sin resultado. Merecieron más los de Djukic, a los que quizás les faltó un poco más de puntería. Las piezas del puzzle van encajando, aunque aún se observan cosas que mejorar.
VLC Ciudad / Javier Furió. Fotos: Valencia CF