Esta semana se retira el andamio situado en el exterior de la Casa del Relojero, una vez finalizada la primera fase de su rehabilitación estructural y de las fachadas. Continúan avanzando, además, las obras del nuevo edificio anexo situado en un solar que lleva décadas en desuso y que pasará a ser un nuevo espacio dotacional. Ambos inmuebles formarán una actuación unitaria para la totalidad de la manzana. Los trabajos de rehabilitación han sacado a la luz un arco del siglo XVIII que serviría para acceder a un pasadizo que se proyectó para conectar la Casa del Relojero con la Catedral y que, finalmente, se desechó. La vicealcaldesa y concejala de Desarrollo y Renovación Urbana, Sandra Gómez, ha indicado que “con esta actuación se dignifica y pone en valor el patrimonio del barrio de La Seu”.
“La casa del Relojero es un edificio emblemático muy visible junto al Micalet y la entrada de la catedral, situado en uno de los espacios más transitados de la ciudad”, ha declarado Sandra Gómez durante la visita a la zona de obras. La intervención tiene por objeto la rehabilitación y consolidación de la Casa del Relojero, declarada Bien de Interés Cultural (BIC), y la construcción de un nuevo edificio cuya estructura ya es visible en la manzana delimitada por las calles Bordadors, Cobertís de Bordadors, Pujada del Toledà y Micalet, como equipamiento sociocultural. Este edificio respetará las alineaciones históricas perdidas de esta parcela de 275 m² y generará en la planta baja una plaza interior de uso público. Una vez finalizadas las obras, en una fase posterior, se realizará la habilitación definitiva del conjunto.
La vicealcaldesa ha informado de que los trabajos de rehabilitación de esta primera fase finalizarán el próximo 16 de enero. Gómez ha remarcado que se trata de “una actuación muy esperada de nuestro casco histórico”, ya que “está en uno de los enclaves patrimoniales más importantes de nuestra ciudad, entre la plaza de la Reina y la plaza de la Mare de Déu”. Se trata de un lugar, ha manifestado, “por donde pasan miles de valencianos y valencianas, miles de turistas durante todo el año”, de manera que “no tenía ningún sentido que lo primero que se encontraran al llegar fuera un gran solar y un edificio BIC abandonado y degradado”.
La titular de Desarrollo y Renovación Urbana ha declarado que “nuestra prioridad es recuperar el patrimonio histórico y la trama histórica”. En cuanto al uso que se dará a ambos inmuebles en una segunda fase, ha apuntado que estará “encaminado a unas oficinas de atención, de información o punto cultural de interés turístico, porque el espacio que conformarán ambos inmuebles —400 m2 útiles— limita las posibilidades de una dotación pública” y, además, sería acorde con el entorno, “a las puertas de la catedral”.
Durante las obras, se ha dejado al descubierto un arco de finales del siglo XVIII que se construyó con la intención de conectar la Casa del Relojero con el edificio vecino. El objetivo era facilitar el trabajo del relojero a través de un pasadizo que cruzaría la calle Micalet y conectaría con la catedral, similar al que existe en la calle Barxilla, entre el Arzobispado y la Seu. Estaba previsto trasladar el reloj ubicado en el lateral de la catedral junto a la estructura del Miguelete a este puente. Ahora bien, la unión entre ambos edificios nunca se llegó a realizar por la oposición de los vecinos del inmueble colindante afectado, por lo que este hueco quedó oculto hasta ahora.
También se ha restaurado un escudo de piedra de la ciudad de València de la fachada principal de la Casa del Relojero, en posición central en la primera planta. En el escudo, reconocido Bien de Interés Cultural, perduran restos de la policromía original. Además, se han encontrado los rótulos originales de la primera tienda que abrió sus puertas en la planta baja del edificio, que ahora se encuentran a cargo del Servicio de Arqueología para su conservación.
El proyecto de rehabilitación de la antigua Casa del Relojero pretende restaurarla tal y como era originalmente. Así, se mantienen algunos pavimentos interiores y se ha recuperado el color verde aguamarina original para la fachada. En esta primera fase, se ha procedido a la consolidación y rehabilitación de la estructura del edificio y se han recuperado las carpinterías originales de madera situadas en la fachada. Asimismo, se ha modificado el proyecto para mantener unas pinturas decorativas que han aparecido en su interior.
La Casa del Relojero ya aparece en el libro Els murs dels Valls, datado en el siglo XVII, por lo que se sitúa su origen en aquella época. Su tipología es de casa vecinal con lenguaje clásico, que corresponde a edificios destinados a varias familias de clase burguesa. En ella vivían los relojeros encargados del funcionamiento del reloj instalado en su día junto al Miguelete.
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