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Científicos han encontrado un “capítulo oculto” de un texto bíblico que data de hace más de 1.500 años. Este hallazgo se produjo tras verter luz ultravioleta a un manuscrito que versaba sobre antiguas historias cristianas e himnos ubicados en la Biblioteca del Vaticano. El texto, escrito en siríaco antiguo, contiene los capítulos 11 a 12 del Evangelio de Mateo y revela detalles desconocidos sobre la vida de Jesús.
El capítulo perdido fue enmascarado detrás de dos capas de escritura, pero gracias a la tecnología de luz ultravioleta, los científicos pudieron detectar las palabras escritas, borradas y reemplazadas por nuevos escritos. El texto original se escribió hacia el siglo III, pero fue borrado por un escriba en Palestina, una práctica habitual porque el papel hecho con piel de animal escaseaba. Posteriormente, fue copiado en el siglo VI.
Este descubrimiento puede proporcionar una idea más clara de las primeras traducciones de la Biblia y las comunidades que las produjeron. Dado que sobreviven pocos manuscritos de los primeros siglos, todas las piezas son bienvenidas para reconstruir el rompecabezas de la historia del texto. Además, este hallazgo es especialmente significativo ya que revela detalles que no aparecen en el texto evangélico estándar actual y arroja nueva luz sobre la vida de Jesús y su relación con sus discípulos.
La luz ultravioleta revela un capítulo perdido de la Biblia escrito hace más de 1.500 años
Un equipo de científicos ha descubierto un capítulo perdido de la Biblia mediante el uso de luz ultravioleta sobre un manuscrito. Este capítulo, que estaba oculto detrás de dos capas de escritura, es un palimpsesto y fue escrito hace más de 1.500 años. La página contiene los capítulos 11 a 12 del Evangelio de Mateo, con más detalles que el texto evangélico estándar actual.
La traducción es del siríaco antiguo y hasta hace poco solo se conocían dos manuscritos que contenían la traducción al siríaco antiguo de los evangelios. Este descubrimiento proporciona una idea más clara de las primeras traducciones de la Biblia y las comunidades que las produjeron.
El texto inicial fue escrito en el siglo III pero fue borrado por un escriba en Palestina, una práctica habitual porque el papel hecho con piel de animal escaseaba. Posteriormente, fue copiado en el siglo VI. El manuscrito ya había sido descubierto por un grupo de investigadores en 1953 y redescubierto en 2010. Más tarde, en 2020, fue digitalizado e incluido en la Biblioteca del Vaticano aunque recién ahora se conoció la existencia de este capítulo.
Este descubrimiento demuestra cuán productiva e importante puede ser la interacción entre las tecnologías digitales modernas y la investigación básica cuando se trata de manuscritos medievales.