La clase de eficiencia energética es un sistema de etiquetado que clasifica los electrodomésticos y otros productos según su consumo de energía. Este sistema es utilizado principalmente para informar a los consumidores sobre la eficiencia energética de los productos en el momento de la compra, permitiéndoles elegir opciones que consumen menos energía y son más amigables con el medio ambiente.
Las etiquetas de eficiencia energética suelen variar desde la clase A (más eficiente) hasta la clase G (menos eficiente), aunque en algunas categorías de productos se han introducido categorías adicionales como A+, A++ y A+++ para distinguir aún más los niveles de alta eficiencia. La escala fue ajustada recientemente en la Unión Europea para volver a la simple A-G y eliminar las clasificaciones “plus”, con el fin de simplificar la comprensión y ayudar a los consumidores a tomar decisiones informadas.
Estas etiquetas no solo muestran la clase de eficiencia energética, sino que también proporcionan información adicional como el consumo anual de energía, consumo de agua, capacidad, emisiones de ruido y otras características relevantes dependiendo del tipo de producto. Este sistema ayuda a promover la reducción del consumo de energía y las emisiones de carbono, alentando tanto a fabricantes como a consumidores a optar por productos más eficientes.
La clase de eficiencia energética en muchos países, especialmente en la Unión Europea, se clasifica en una escala que originalmente iba de la A a la G, siendo A la más eficiente y G la menos eficiente. Sin embargo, para adaptarse a las mejoras en la tecnología y para hacer más claro el sistema de etiquetado, la Unión Europea ha revisado esta escala eliminando las categorías A+, A++ y A+++, y reajustando la escala a:
- A (verde oscuro) – Muy eficiente
- B (verde claro)
- C (amarillo)
- D (naranja)
- E (rojo claro)
- F (rojo)
- G (rojo oscuro) – Menos eficiente
Esta revisión ayuda a reajustar las expectativas de eficiencia energética para los productos más modernos y eficientes. Es importante destacar que, con las nuevas tecnologías, cada vez más productos alcanzan las categorías superiores, haciendo necesario ajustar los criterios para mantener una distinción clara entre los niveles de eficiencia.
Las etiquetas de eficiencia energética se encuentran comúnmente en una amplia gama de electrodomésticos y productos, como:
- Frigoríficos y congeladores
- Lavadoras y secadoras
- Lavavajillas
- Televisores
- Lámparas y luminarias
- Aires acondicionados
- Calentadores de agua y calderas
Estas etiquetas no solo informan sobre la eficiencia energética, sino que también ofrecen datos sobre consumo anual de energía, uso de agua, eficacia de secado, nivel de ruido y otras características relevantes, dependiendo del tipo de aparato.