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La ex ministra de Igualdad, Irene Montero, ha sido objeto de una ola de críticas tras utilizar la detención del futbolista Rafa Mir para lanzar un mensaje político. Los internautas no tardaron en recordarle las controvertidas consecuencias de su ley del “Solo sí es sí”.
En medio de la polémica por la detención del futbolista del Valencia CF, Rafa Mir, por una presunta agresión sexual, Irene Montero, ex ministra de Igualdad y ahora eurodiputada de Podemos, decidió hacer pública su opinión. A través de sus redes sociales, Montero aprovechó el caso para insistir en la importancia de la Ley del “Solo sí es sí”, una normativa que durante su gestión generó un intenso debate en España. Sin embargo, lejos de recibir apoyo, la política se encontró con una fuerte reacción en su contra, tanto en redes como en medios de comunicación.
El mensaje de Irene Montero y su uso del caso
La ex ministra, conocida por su activismo en temas de igualdad y derechos de las mujeres, no tardó en emitir un comentario tras conocerse la detención de Rafa Mir. En su mensaje, Montero destacó: “Lo más importante ahora: que las mujeres víctimas sepan que no están solas. Se acabó el silencio y la soledad. Se acabó la impunidad. Solo sí es sí”.
Este comentario parecía alinearse con la postura que la ex ministra ha mantenido durante su carrera política, defendiendo la importancia de empoderar a las mujeres y garantizar su protección legal en casos de violencia sexual. Sin embargo, su intervención en el caso de Mir generó una fuerte polémica. Muchos la acusaron de aprovechar una situación judicial abierta para sacar rédito político y de omitir las consecuencias problemáticas de su polémica ley.
Las críticas a Montero por su ley del “Solo sí es sí”
Uno de los principales puntos de ataque hacia Irene Montero fue el recordatorio de las consecuencias imprevistas de la Ley del “Solo sí es sí”. Desde su implementación, varias personas condenadas por delitos sexuales vieron reducidas sus penas, y algunos incluso fueron liberados debido a vacíos legales en la redacción de la norma. Esto llevó a que tanto la oposición política como algunos sectores de la sociedad critiquen duramente la gestión de Montero en el Ministerio de Igualdad, alegando que la ley terminó beneficiando a agresores sexuales.
En este sentido, los detractores de Montero fueron rápidos en señalar la ironía de que, mientras ella defendía el fin de la impunidad en casos de agresión sexual, su propia legislación había permitido la excarcelación de varios condenados por delitos de este tipo. Comentarios como “Gracias a ti decenas de personas que han hecho lo que presuntamente se atribuye a Rafa Mir están ahora en la calle” inundaron las redes sociales.
La acusación de hipocresía
Además de las críticas por la ley, muchos señalaron lo que consideran una actitud hipócrita por parte de Montero. Varios usuarios de redes sociales le recriminaron que utilice un caso mediático como el de Rafa Mir para lanzar su mensaje político, mientras guarda silencio ante situaciones similares en las que están implicados personajes cercanos a su entorno. En particular, se mencionó el caso de Alberto Fernández, ex presidente de Argentina, quien ha sido acusado de malos tratos por su esposa. Los críticos de Montero apuntaron que, aunque suele pronunciarse con fuerza en casos de violencia de género, ha mantenido un silencio absoluto sobre Fernández, lo que ha llevado a acusaciones de “doble moral”.
Un internauta señaló: “Me parece extraordinario que aparezcas en apoyo de estas mujeres, pero después de que a diario hay muchas mujeres víctimas a manos de extranjeros y no dices absolutamente nada”. Este tipo de comentarios reflejan una creciente desconfianza hacia el discurso de Montero, que para muchos se ha vuelto selectivo y políticamente interesado.
La presunción de inocencia y el juicio mediático
Otra de las cuestiones más polémicas que rodean a las declaraciones de Montero es la percepción de que se está saltando la presunción de inocencia en el caso de Rafa Mir. Aunque el futbolista ha sido detenido y está siendo investigado, aún no ha sido condenado por ningún delito, lo que, según algunos, debería llevar a una mayor cautela antes de hacer declaraciones públicas que puedan influir en la opinión pública.
“Acusas a alguien sin ni siquiera un juicio, ni unas pruebas concluyentes”, le reprochaba otro usuario en redes sociales. Varios analistas políticos también han subrayado la importancia de no convertir este tipo de casos en juicios mediáticos, que puedan impactar negativamente en el debido proceso. Algunos usuarios incluso insinuaron la posibilidad de que Mir emprenda acciones legales contra Montero si finalmente es exonerado de los cargos, algo que ha ocurrido en casos similares de figuras públicas acusadas erróneamente de delitos graves.
Un contexto complicado para Podemos
La intervención de Irene Montero en el caso de Rafa Mir se produce en un momento delicado para Podemos. El partido ha visto una disminución en su popularidad y apoyo electoral, en parte debido a las controversias asociadas a algunas de las políticas impulsadas durante la legislatura en la que formaron parte del gobierno. La Ley del “Solo sí es sí” es, sin duda, uno de los temas más divisivos en la actualidad política española, y ha sido utilizada como un arma por los oponentes de Podemos para criticar su gestión.
Montero, como ex ministra de Igualdad, ha sido el rostro visible de esta ley, y el aluvión de críticas que ha recibido en los últimos días refleja la difícil posición en la que se encuentra tanto ella como su partido. La estrategia de la ex ministra de pronunciarse rápidamente en casos mediáticos de violencia de género podría haber sido efectiva en el pasado, pero ahora, con el trasfondo de las excarcelaciones de violadores, parece haber perdido eficacia.
Reflexión final
El caso de Rafa Mir y la reacción de Irene Montero han abierto una nueva brecha en el debate sobre cómo abordar los casos de violencia sexual en la esfera pública. ¿Es posible equilibrar la protección de las víctimas y la presunción de inocencia de los acusados? ¿Deberían las figuras públicas ser más cautelosas al pronunciarse sobre casos judiciales aún abiertos?