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¡Plan de Acción por la Democracia! Ahora sí que nos vamos a enterar de todo… o eso dicen
El Gobierno lanza su Plan de Acción por la Democracia con 31 medidas para que no haya ni un solo rincón del poder público sin luz. Pero, cuidado, que si se te ocurre desinformar o esconder algo, el Ministerio te pondrá bajo los focos más rápido que un titular sensacionalista.
Parece que la transparencia está de moda, o al menos eso es lo que promete el Gobierno con su flamante Plan de Acción por la Democracia. ¿El objetivo? Que no quede ni una sombra donde se escondan secretos, corrupciones, o —lo más importante— mentiras en las noticias. El ministro Félix Bolaños y el ministro de Cultura, Ernest Urtasun, han salido a la palestra con sus mejores galas de honestidad, prometiendo que con este plan se restaura la confianza en las instituciones. Lo que no sabemos es si también nos restaurarán la confianza en que los trenes lleguen a tiempo, pero oye, una cosa a la vez.
Tres pilares de cristal… o casi
El Plan de Acción tiene tres grandes ejes, que suenan más a superpoderes que a políticas reales: gobierno abierto, medios de comunicación transparentes y un Parlamento que nos dé más respuestas que preguntas. Estos son los pilares de la “supertransparencia” que nos prometen.
- Gobierno abierto: ¡Pongamos todo a la vista! Se acabó aquello de firmar decretos en la oscuridad. Según el Plan, el Gobierno tendrá la obligación de rendir cuentas. Aunque la verdadera incógnita es si también rendirán cuentas sobre los cafés que se toman entre reunión y reunión.
- Medios de comunicación y derecho a la información veraz: Porque al parecer, no basta con que los medios publiquen noticias, ahora deben explicar quién los financia, cuántos anuncios reciben y si el dueño del canal tiene una casa en la playa. Todo sea por saber qué intereses hay detrás de esos titulares sensacionalistas.
- Poder legislativo: No más debates vacíos. Aquí se habla de hacer debates entre candidatos algo obligatorio. ¡Vamos! La verdadera pregunta es: ¿serán tan emocionantes como un partido de fútbol o acabaremos viendo quién logra aburrir más al contrincante?
Periodistas y espías: un drama de espionaje periodístico
Uno de los puntos más jugosos del plan es la protección de los periodistas frente a demandas intimidatorias (SLAPP, en inglés), esas que se usan para callar a los medios. No más miedos a revelar fuentes secretas, al menos en teoría. Sin embargo, si tu fuente es alguien involucrado en corrupción o terrorismo, el Plan dice que igual podrías acabar con el Ministerio de Justicia husmeando en tu bandeja de entrada. Todo sea por la democracia, claro.
Además, si tienes una queja sobre una noticia falsa o tendenciosa, no te preocupes, también habrá una estrategia para que puedas pedir que te rectifiquen con indemnización incluida. Vamos, que ahora no solo los periodistas recibirán demandas, sino que también podrán responder con contraataques legales si les meten en un lío.
Campaña contra la desinformación: La lucha del siglo
En un mundo donde la desinformación corre más rápido que un meme viral, el Gobierno ha decidido crear una Estrategia Nacional para combatir las fake news. ¿Te acuerdas de esas noticias sobre políticos avistados en Marte o ese estudio que aseguraba que comer pizza todos los días cura el insomnio? Pues esas son las que quieren erradicar, aunque seguramente las más difíciles de eliminar son las que están bien camufladas como “opinión”.
Reformas a diestro y siniestro: ¿Política con manual de instrucciones?
Entre las muchas reformas que contempla este Plan de Acción, hay una que llama la atención: ¡se revisará la Ley Orgánica del Régimen Electoral General! Esto significa que los candidatos ya no podrán esquivar esos temidos debates electorales. Además, todas las encuestas electorales deberán publicar microdatos. Ya no habrá excusas para decir que “la encuesta lo dijo”, cuando en realidad fue el grupo de WhatsApp de la abuela.
Ah, y si alguna vez te has preguntado qué hacen esos “grupos de interés” (también conocidos como lobbies), el Plan asegura que habrá un código de conducta clarito para que dejen de moverse entre bambalinas sin que sepamos quién paga la cena.
Reflexión final: ¿Democracia a prueba de balas o solo un nuevo show?
Con todas estas medidas, el Gobierno se ha comprometido a blindar la democracia contra las corruptelas, las fake news y el abuso de poder. Lo que nos queda por ver es si este plan es el verdadero salvavidas que promete ser, o si, como pasa con muchos planes ambiciosos, acabará en la papelera de reciclaje de la historia.
Y tú, ¿crees que este Plan de Acción lo cambiará todo o solo será otro capítulo de la eterna novela política? ¡Cuéntanos qué opinas!