Un felino provoca el cierre del túnel más transitado de la ciudad durante horas, mientras las autoridades y una heroica voluntaria se convierten en los protagonistas de una operación de rescate que ni Spielberg podría haber imaginado. ¿El objetivo? Un pequeño gato con más vidas que sentido común.
Un domingo de acción… felina
¿Qué haces un domingo por la tarde en Valencia? ¿Tomar una horchata? ¿Pasear por la playa de la Malvarrosa? Bueno, pues algunos, como los agentes de la Policía Local de Valencia, prefieren cortar el tráfico de un túnel y organizar un operativo de rescate digno de una película de acción para salvar a Leonardo, un gato con más aventuras en su haber que Indiana Jones.
Este pasado domingo, en una de las operaciones de salvamento más dramáticas (al menos para el gato), la Policía Local tuvo que cortar el túnel que conecta las grandes vías de Ramón y Cajal y Germanías para liberar al felino, que llevaba varias horas atrapado en una pequeña acera del túnel. Aunque muchos lo vieron desde el viernes, aparentemente Leonardo decidió que el tráfico rodado de la ciudad no era suficiente motivo para moverse de su refugio improvisado.
El gato que dominaba el tráfico
Todo empezó con algunos conductores que notaron la presencia de Leonardo, observando con una mezcla de sorpresa e incredulidad cómo el pequeño felino se había instalado en medio del bullicioso túnel. Al más puro estilo “rey de la carretera”, Leonardo no parecía dispuesto a ceder su territorio ni un centímetro. Los coches pasaban de largo, los conductores miraban, y él, como buen gato, fingía que nada de eso tenía que ver con él.
Las autoridades, por su parte, recibieron la alerta y no se hicieron esperar. Al ver la gravedad de la situación (porque claro, ningún gato ha sido nunca atropellado en un túnel lleno de coches, ¿verdad?), decidieron actuar con contundencia. Con una destreza y eficacia que ni la CIA en sus mejores días, cortaron el tráfico en ambos sentidos. ¡El túnel estaba bajo control gatuno!
Operación “Leonardo libre”
Y es aquí donde entra en escena la verdadera heroína de esta historia: una voluntaria de una protectora de animales. Armada con un transportín y el valor de quien se enfrenta a las peores travesuras felinas, la mujer se lanzó al rescate de Leonardo, que se había ocultado en un pequeño agujero en el suelo, sin duda convencido de que era su mejor escondite. Con una precisión que haría que cualquier cirujano se sonrojara, la voluntaria introdujo su brazo en el agujero y consiguió alcanzar al gato, quien probablemente seguía preguntándose por qué todo el mundo estaba tan alborotado.
Tras algunos momentos de tensión (y probablemente unos cuantos bufidos por parte de Leonardo), el felino fue sacado del túnel y depositado en el transportín. Los presentes aplaudieron, los coches volvieron a circular y la ciudad de Valencia recuperó la normalidad… o al menos, lo más normal que puede ser después de que un gato haya detenido el tráfico durante horas.
El final feliz que todos esperaban
Las redes sociales de la Policía Local de Valencia no tardaron en compartir la noticia, asegurando que la historia había tenido “un final feliz”. Lo cierto es que, aunque el rescate de un gato en apuros no suela acaparar los titulares de los periódicos (bueno, a veces sí), este tipo de actos nos recuerda que, incluso en una ciudad tan bulliciosa como Valencia, siempre hay espacio para el heroísmo felino.
Por su parte, Leonardo, después de ser rescatado, fue llevado a una protectora de animales donde, suponemos, está disfrutando de una merecida siesta (o quizás tramando su próxima travesura).
Valencia: ciudad de gatos aventureros
Este no es el primer incidente de animales que se encuentran en situaciones inusuales en Valencia. Al parecer, los animales de esta ciudad tienen un particular gusto por el peligro y la aventura. Hace solo unos días, una familia se reencontraba con su perro tras el paso del huracán Helene, después de que fuera encontrado atrapado en un árbol (sí, un árbol). Y hace unos meses, otro perro fue rescatado de una bañera en Madrid, donde había quedado atrapado. Aunque, claro, nada supera al gato que logra paralizar una ciudad entera.
¿El verdadero héroe?
Aunque las autoridades hicieron un trabajo impecable al detener el tráfico y garantizar la seguridad de Leonardo, no podemos dejar de pensar en esa voluntaria que, con una paciencia felina (¡nunca mejor dicho!) y un poco de maña, logró poner fin a la epopeya de este gato aventurero. Sin embargo, una pregunta queda en el aire: ¿qué pensaba Leonardo durante todo este proceso? Quizá nunca lo sabremos, pero una cosa es segura: para el próximo rescate, necesitarán más que un transportín.
Y tú, ¿qué harías si te encontraras con un gato que decide adueñarse de un túnel? ¿Intentarías hablar con él en “gatunés” o llamarías a la Policía? O mejor aún, ¿crees que los gatos están conspirando para dominar el mundo, uno por uno, túneles y carreteras incluidas? ¡Cuéntanos en los comentarios!