Valencia – La reciente DANA que azotó la Comunidad Valenciana ha dejado un saldo trágico y una ola de preguntas. Con una cifra de víctimas sin precedentes en décadas y más de 500 litros de lluvia por metro cuadrado en algunas zonas, la tormenta ha puesto en tela de juicio las infraestructuras, la eficiencia en los protocolos de emergencia y la capacidad de las instituciones para prevenir y reaccionar a tiempo ante desastres climáticos.
Con el dolor aún latente, ¿quién es realmente responsable de lo ocurrido en Valencia? Desde fallos en la previsión meteorológica hasta la tardía respuesta del Gobierno y la insuficiencia de infraestructuras, el desastre ha sacado a la luz una compleja red de responsabilidades y la sombra de intereses políticos.
1. El tiempo y el cambio climático: ¿Es responsable el clima?
Es innegable que la DANA que impactó Valencia representaba un evento extremo de una magnitud sin precedentes. Sin embargo, señalar únicamente al clima como el responsable de esta catástrofe sería simplificar una realidad mucho más compleja.
Los fenómenos de DANA en el Mediterráneo se han vuelto cada vez más frecuentes e intensos, impulsados en gran parte por el cambios en el clima. La temperatura del Mediterráneo ha aumentado considerablemente en los últimos años, lo que permite a las DANAs generar lluvias más intensas al interactuar con el aire frío en altura y el aire cálido y húmedo en superficie. Este patrón, sumado al flujo de levante que sopló sobre las sierras de Valencia, proporcionó la energía necesaria para que las tormentas se intensificaran y descargaran de forma devastadora.
Pero aunque el cambio climático influye en la frecuencia e intensidad de estos fenómenos, es responsabilidad de las autoridades prever y mitigar sus efectos. La planificación y la infraestructura adecuadas, junto con protocolos efectivos de emergencia, pueden reducir el impacto de fenómenos que son previsibles en su ocurrencia aunque no en su exacta magnitud.
2. La Agencia Estatal de Meteorología (AEMET): ¿fallo de previsión o error de protocolo?
La AEMET se encuentra en el centro de las críticas tras la tragedia. Pese a que la Agencia había advertido de la llegada de una DANA días antes, sus previsiones no reflejaron la intensidad real de las lluvias. La AEMET predijo entre 150 y 180 litros. Al final, la realidad superó ambas estimaciones con lluvias de hasta 500 litros.
La DANA en Valencia ha sido el evento de lluvias más grave en lo que va de siglo y uno de los más intensos del último siglo en España, superado solo por episodios históricos de 1957, 1982 y 1987. AEMET advirtió del fenómeno desde el 20 de octubre, emitiendo avisos de creciente gravedad en días posteriores, con alerta roja finalmente el 29 de octubre, el día álgido de la tormenta.
Sin embargo, las lluvias en la zona entre Utiel y Chiva superaron con creces las previsiones, alcanzando hasta 491 litros por metro cuadrado en Chiva en solo ocho horas, una cantidad equivalente a un año de precipitaciones. AEMET reconoció que los acumulados finales duplicaron las estimaciones iniciales de hasta 250 litros en ciertas áreas.
Este fenómeno se debió a trenes convectivos y un flujo de vientos húmedos del Mediterráneo, lo que provocó lluvias torrenciales persistentes. Aunque AEMET activó la alerta roja en la mañana del 29, la Generalitat envió alertas a los móviles de la población 12 horas después, cuando las inundaciones ya causaban graves daños
3. Delegación de Gobierno
La delegada del Gobierno en la Comunidad Valenciana, Pilar Bernabé García, informó el martes 29 de octubre en una entrevista radial que la alerta roja por la DANA, emitida debido a las intensas lluvias, se mantendría hasta las 18:00 horas de ese mismo día. En su comunicación, Bernabé explicó que aunque la DANA disminuiría su intensidad a partir de esa hora, las lluvias continuarían afectando a la región durante el resto de la jornada. La delegada señaló que estaba en constante comunicación con los alcaldes de los municipios más afectados para coordinar medidas de seguridad y socorro.
4. El Gobierno de la Generalitat Valenciana: falta de una alerta temprana adecuada
La Generalitat Valenciana, encabezada por Carlos Mazón, ha sido uno de los actores más cuestionados en la gestión de la DANA. La decisión de Mazón de eliminar la Unidad Valenciana de Emergencias (UVE) ha sido vista por muchos como una imprudencia. La UVE, creada en 2023 por el anterior gobierno, nunca llegó a operar, pero estaba destinada a coordinar y reforzar la respuesta ante catástrofes naturales como incendios e inundaciones.
Para agravar aún más las críticas, Mazón borró un tuit emitido horas antes de la tormenta en el que llamaba a la calma, un mensaje que, a ojos de la población, evidenció una falta de seriedad ante una emergencia inminente. La lentitud en solicitar la ayuda del Gobierno central, que no llegó hasta 48 horas después de la catástrofe, también ha sido vista como un fallo en la gestión autonómica.
La Comunidad Valenciana enfrenta una crisis tras el paso de la DANA, con inundaciones masivas y pérdidas humanas que han generado serias críticas hacia la gestión del presidente de la Generalitat, Carlos Mazón, y su equipo. Los cuestionamientos se centran en la falta de una alerta temprana adecuada, la coordinación limitada con municipios afectados y la supresión de la Unidad Valenciana de Emergencias (UVE), un organismo creado por el gobierno anterior para gestionar situaciones de catástrofe.
La DANA, que trajo lluvias torrenciales y desbordamientos en varias zonas, sorprendió a la población y a varios alcaldes, quienes denunciaron el escaso apoyo del gobierno autonómico en el manejo de la crisis. La descoordinación y la lentitud en activar alertas y servicios de ayuda han incrementado la indignación ciudadana, y algunos políticos han exigido ya responsabilidades al gobierno de Mazón.
La eliminación de la Unidad Valenciana de Emergencias: un punto clave en la polémica
Uno de los factores que ha generado mayor controversia es la decisión de Mazón, hace un año, de eliminar la UVE, un organismo de respuesta ante emergencias creado en 2023 bajo el mandato de Ximo Puig (PSPV-Compromís). Esta unidad fue suprimida como parte de una “reestructuración” para reducir supuestas duplicidades en el sector público, aunque para muchos, su eliminación ha debilitado la capacidad de reacción ante catástrofes como la DANA.
Gabriel Rufián, portavoz de ERC en el Congreso, señaló la “responsabilidad política” de Mazón por las consecuencias de haber desmantelado esta unidad, mientras que la Intersindical Valenciana denunció que la “ineficiencia” del gobierno en la gestión de la DANA ha puesto en riesgo a miles de trabajadores, quienes continuaron sus labores pese a las condiciones peligrosas.
Las quejas de los alcaldes y el descontento de los ciudadanos
Varios alcaldes valencianos, como Andreu Salom de L’Alcúdia, han expresado su malestar por la falta de comunicación y apoyo del gobierno regional. Salom denunció que la Generalitat no les informó sobre el riesgo de desbordamiento del río Magre, lo cual resultó en inundaciones que causaron daños graves en su municipio. El alcalde lamentó que las familias afectadas se sintieran “abandonadas” y criticó que la Unidad Militar de Emergencias (UME) aún no haya acudido a ofrecer apoyo.
Por su parte, en redes sociales, miles de ciudadanos han manifestado su insatisfacción con la gestión de la crisis. La alerta roja de la AEMET se activó a las 9:00 del martes, pero no fue hasta las 20:00 horas que el gobierno valenciano emitió una notificación de emergencia a los teléfonos móviles, cuando muchas personas ya se encontraban en situaciones peligrosas, atrapadas en sus casas o en vehículos.
Carlos Mazón responde a las críticas
Carlos Mazón defendió la actuación de la Generalitat y afirmó que la magnitud de la DANA era imposible de prever. Declaró que las lluvias alcanzaron niveles sin precedentes, acumulando 412 litros de agua en algunas zonas, y que todos los cuerpos de seguridad habían sido activados desde el lunes para hacer frente al temporal. Mazón también insistió en que la AEMET emitió sus alertas a tiempo y que la situación meteorológica cambió de forma abrupta, lo que complicó las previsiones.
No obstante, las críticas persisten, ya que la ciudadanía considera que las alertas llegaron tarde y que la falta de preparación del gobierno agravó las consecuencias de la DANA.
5. Las infraestructuras y el desarrollo urbano: el riesgo de construir en zonas vulnerables
La situación de las infraestructuras en Valencia ha sido otro factor determinante en la gravedad de la catástrofe. La expansión urbanística en torno a ríos y canales ha creado un entorno cada vez más vulnerable a las inundaciones. Según los expertos, muchas de las áreas afectadas estaban previamente ocupadas por tierras de cultivo y campos que permitían la absorción de agua de forma natural.
El ingeniero hidrológico Jorge López advierte que “el río ocupa de nuevo lo que es suyo”, refiriéndose a que la construcción en zonas de alto riesgo aumenta significativamente la probabilidad de inundaciones. Este crecimiento descontrolado, sin tener en cuenta las características geográficas e históricas de las zonas, ha dejado a muchas áreas expuestas a fenómenos meteorológicos intensos como el que ha golpeado a Valencia.
El rumor sobre la demolición de pantanos
Un mensaje viral en WhatsApp asegura que el Gobierno español ha demolido cuatro pantanos en Valencia, lo que supuestamente agravó las inundaciones causadas por la reciente DANA. Sin embargo, esta afirmación es falsa. Según el Ministerio para la Transición Ecológica y Reto Demográfico (MITECO), no se han eliminado pantanos en la Comunidad Valenciana. Las únicas estructuras demolidas han sido azudes y pequeñas presas obsoletas, sin capacidad de almacenamiento de agua, con el fin de mejorar el flujo de los ríos y restaurar ecosistemas.
6. Política y tragedia: la DANA, una crisis que trasciende lo natural
Finalmente, la DANA ha servido de munición en el campo político. En lugar de abordar la tragedia desde una perspectiva unificada, los partidos han utilizado la catástrofe para sacar provecho político, generando divisiones y desviando la atención de la verdadera tragedia: las vidas perdidas y la vulnerabilidad de las infraestructuras y los sistemas de emergencia.
Desde acusaciones de imprudencia hasta denuncias de conspiración, el dolor de las víctimas ha sido instrumentalizado para atacar o defender posiciones políticas. Algunos han llegado a calificar estos movimientos de “carroñeros políticos” que aprovechan el caos para debilitar a sus oponentes, un enfoque que no hace justicia a la magnitud de la tragedia y que resta valor a las lecciones que deberían extraerse de la situación.
7. El Gobierno central y la activación de la UME: ¿se actuó tarde?
El gobierno central también ha recibido críticas por su papel en la tragedia. La ministra de Defensa, Margarita Robles, explicó que la Unidad Militar de Emergencias (UME) no podía intervenir sin la declaración de nivel de emergencia 3, que depende de una solicitud de la comunidad autónoma. Sin embargo, la falta de una intervención anticipada ha generado una ola de críticas, con muchos señalando que, dada la situación, el gobierno central debió haber declarado el Estado de Alarma para movilizar la ayuda necesaria de inmediato.
Si bien el marco legal establece que la responsabilidad inicial recae en la Generalitat, algunos sectores argumentan que el Gobierno central debería contar con la facultad de activar la UME de forma autónoma en situaciones de gravedad extrema.
8. Teorías conspirativas sobre la DANA: mitos y realidad
La reciente DANA en la Comunidad Valenciana ha suscitado teorías conspirativas que afirman que este fenómeno fue “provocado” para afectar al campo español. Entre las especulaciones más difundidas están el uso de la tecnología HAARP, los chemtrails y una supuesta “guerra climática” iniciada por Marruecos. Los expertos, sin embargo, advierten que estos rumores no tienen fundamento científico y que la manipulación climática a gran escala es técnicamente imposible.
La DANA, una depresión atmosférica característica del Mediterráneo, se produce de forma natural cuando una masa de aire frío choca con aire cálido y húmedo. Aunque este fenómeno es común en otoño, en redes sociales han surgido afirmaciones infundadas que atribuyen su origen a tecnologías o gobiernos. Investigadores explican que tales teorías, amplificadas en redes durante situaciones de crisis, pueden crear pánico y desviar la atención de las verdaderas causas del problema.
Los meteorólogos insisten en confiar en fuentes oficiales y en la ciencia para comprender fenómenos meteorológicos y evitar la desinformación.
La DANA en Valencia ha sido un recordatorio brutal de las consecuencias de no tomar en serio los fenómenos meteorológicos extremos y de los riesgos de la inacción o la mala gestión. El cambio climático es una realidad, y la vulnerabilidad de las infraestructuras y los sistemas de emergencia ante estos fenómenos es un problema que debe abordarse de inmediato. Más allá de las responsabilidades individuales, es hora de que las instituciones colaboren para crear un sistema de prevención y respuesta que esté a la altura de los desafíos actuales.