El 9 de diciembre nos recuerda que la corrupción sigue siendo el deporte no oficial de muchos países, con España liderando el ranking de las mejores jugadas.
Introducción: Corrupción, un arte internacional
Cada 9 de diciembre, el mundo se une para decir: “¡Basta ya!” a la corrupción. Un fenómeno que, según la ONU, no discrimina fronteras ni idiomas, aunque en algunas naciones parece más bien un producto con denominación de origen. España, con su arte inconfundible para convertir casos judiciales en series de Netflix, ocupa un lugar privilegiado en el mapa europeo de las percepciones sobre corrupción.
Hoy, exploraremos qué hace de la corrupción un fenómeno tan arraigado, por qué países como Finlandia y Dinamarca se ríen de nuestras cifras, y cómo hemos logrado que hasta las encuestas del Eurobarómetro nos miren con suspicacia.
España y la corrupción: “¿Paella con sobres, por favor?”
Según el Eurobarómetro, nueve de cada diez españoles creen que la corrupción está generalizada. El dato no sorprende a nadie. Desde sobres marrones hasta tramas inmobiliarias con nombres tan enrevesados que podrían ser títulos de novelas de misterio, la corrupción se ha convertido en el tema de sobremesa favorito.
¿Y qué decir de nuestras instituciones? Si el Congreso de los Diputados tuviera un programa de fidelización, probablemente ya habríamos canjeado suficientes puntos para una auditoría gratis.
Grecia, Portugal y Malta: “El Mediterráneo no se corrompe, se organiza”
Grecia lidera el ranking europeo de percepción de corrupción con un 98%. ¡Felicidades, Grecia! Aunque aquí competimos en buena lid, está claro que los griegos han elevado el juego al siguiente nivel. Portugal y Malta tampoco se quedan atrás, demostrando que el Mediterráneo no solo es sinónimo de playas paradisíacas, sino también de tramas que harían llorar de envidia a cualquier guionista.
Pregunta reflexiva:
¿Será el clima cálido el caldo de cultivo ideal para la corrupción? Porque si es así, Dinamarca y Finlandia nos llevan ventaja con sus inviernos eternos.
Dinamarca y Finlandia: ¿Paraíso o marketing?
Hablando de Dinamarca y Finlandia, los datos del Eurobarómetro muestran que menos del 30% de sus ciudadanos perciben la corrupción como un problema. ¿Cómo lo hacen? Según los expertos, se trata de sistemas más transparentes y una ciudadanía más participativa. Según nosotros, probablemente sea que no tienen jamones como los nuestros para sobornar.
Propuesta de imagen:
Una sala de reuniones nórdica con luces blancas, políticos con cara de aburridos y un cartel que dice: “Corrupción no permitida. Aquí solo café y galletas”.
Reflexión final: ¿Qué hacemos con la corrupción?
El Día Internacional contra la Corrupción no se trata solo de señalar a los sospechosos habituales, sino de reflexionar sobre cómo podemos ser parte del cambio. Mientras en España sigamos creyendo que la corrupción es tan natural como la siesta, los cambios serán tan lentos como una cola en el registro civil.
¿Qué opinas? ¿Es la corrupción un problema cultural, climático o simplemente una cuestión de práctica? ¡Cuéntanos tus teorías, pero por favor, no aceptamos sobres!