Las tensiones entre la directiva y los accionistas llegan a su punto crítico en Mestalla, donde la Junta General apenas duró diez minutos antes de ser suspendida.
Una reunión frustrada en tiempo récord
Lo que debía ser un espacio para el debate y la toma de decisiones se convirtió en un caos en Mestalla. La Junta General Ordinaria de Accionistas del Valencia CF 2024, convocada este jueves, tuvo que ser suspendida tan solo diez minutos después de su inicio. Un grupo de 190 accionistas, visiblemente molestos con la gestión del club, protagonizó una serie de protestas que hicieron imposible continuar con el acto.
Ante la situación, el Consejo de Administración decidió abandonar la sala y anunció, a través de las redes sociales del club, que las votaciones previstas se realizarían de forma directa y los resultados serían publicados en la sede electrónica.
¿Por qué protestaban los accionistas?
Las consignas de los asistentes fueron contundentes: “¡Fuera, mentirosa!”, “Solís, fuera de Mestalla”. Estas frases, dirigidas principalmente hacia la presidenta Lay Hoon Chan y el portavoz Javier Solís, reflejan el descontento que ha ido creciendo en los últimos años entre los pequeños accionistas y aficionados.
Las críticas se centran en la falta de transparencia y en decisiones administrativas que han debilitado la relación entre el club y su afición. El descontento no es nuevo, pero los recientes resultados deportivos, las deudas acumuladas y la percepción de una gestión lejana han agravado el conflicto.
La respuesta de la directiva
Horas después del incidente, el Valencia CF emitió un comunicado oficial en el que condenaba lo sucedido. El texto calificaba la actitud de los 190 accionistas presentes como “inaceptable” y señalaba que las protestas habían impedido el normal desarrollo de la Junta.
Según el comunicado, la medida de 2023 que redujo el número de acciones necesarias para asistir a las juntas buscaba precisamente abrir un espacio de diálogo con los pequeños accionistas. Sin embargo, la directiva lamentó que esta apertura no se haya traducido en un comportamiento acorde al “espíritu de la iniciativa”.
El comunicado finaliza destacando que, a pesar de las interrupciones, se procedió a la votación de los puntos del día, aunque sin detallar cuáles eran ni cómo se gestionará la publicación de los resultados.
Un nuevo episodio de desencuentros
El conflicto entre la directiva del Valencia CF y su masa social no es algo reciente. Desde la compra del club por parte de Peter Lim, las tensiones han ido escalando, alimentadas por decisiones impopulares, una comunicación deficiente y la percepción de que el club ha perdido su identidad histórica.
La reducción de asistentes en Mestalla en los últimos años, los cánticos críticos en cada partido y la proliferación de movimientos en contra de la gestión actual son solo algunos de los síntomas de una fractura que parece lejos de sanar.
Héctor Gómez: testigo directo del caos
El periodista deportivo Héctor Gómez, quien ha seguido de cerca las polémicas en torno al club, documentó lo sucedido en la Junta. A través de sus redes sociales, Gómez compartió imágenes y comentarios sobre el momento en el que la directiva decidió retirarse ante las protestas.
En uno de sus tweets, Gómez afirmó: “El Valencia vive un punto de no retorno. Esto no es solo descontento; es el grito desesperado de una afición que ya no se siente representada”.
¿Qué significa esto para el futuro del club?
La suspensión de la Junta General Ordinaria plantea preguntas importantes sobre la dirección que tomará el Valencia CF. ¿Podrá la directiva reconectar con su base social? ¿Serán estas protestas el catalizador para un cambio real o solo otro episodio en una larga lista de desencuentros?
Más allá de los resultados deportivos, el futuro del club depende de su capacidad para reconstruir la confianza con sus accionistas y aficionados. Los próximos meses serán clave para determinar si el Valencia puede superar esta crisis o si seguirá sumido en la incertidumbre.
¿Es posible reconciliar las posturas enfrentadas en el Valencia CF? ¿O es hora de que el club considere cambios más profundos en su estructura y liderazgo?