El derribo de los adosados por daños estructurales supone un desafío económico y emocional para los afectados, que claman por ayudas directas para reconstruir sus viviendas.
Introducción
La devastación provocada por la DANA de noviembre pasado sigue dejando secuelas en Catarroja, donde cinco familias se enfrentan al derribo de sus adosados debido a los graves daños estructurales que sufrieron. Las viviendas, ubicadas en una urbanización de la calle Tribunal de las Aguas, han quedado inhabitables, obligando a los vecinos a desalojarlas y buscar refugio temporal.
El coste de demolición y desescombro asciende a 120.000 euros, de los cuales el Ayuntamiento cubrirá 50.000 euros, dejando el resto a cargo de los propietarios. Para estas familias, ya golpeadas por la pérdida de sus hogares, afrontar estos gastos resulta casi imposible.
Un hogar destruido, una vida en pausa
Los relatos de los afectados reflejan la incertidumbre y el dolor que enfrentan tras perderlo todo. Juan Ángel, uno de los vecinos desalojados, explica su situación:
“Estamos fuera de casa desde el 4 de noviembre. Hemos pasado por casa de amigos, y ahora vivimos en una vivienda que nos ha prestado mi jefe. Perdimos todo, incluso nuestro coche”.
Las viviendas, construidas a pocos metros del barranco del Poyo, fueron anegadas por las inundaciones. Las inspecciones técnicas posteriores revelaron profundas grietas y daños irreparables en la estructura, lo que obligó a declarar las casas como inhabitables.
Víctor, otro vecino afectado, también espera el derribo de su vivienda:
“Es un peligro estar allí, no se puede ni entrar. Estamos viviendo con mi hija mientras buscamos una solución”.
La carga económica
El coste de derribar las viviendas y retirar los escombros asciende a 120.000 euros, un importe que los vecinos tendrán que asumir, salvo los 50.000 euros que cubrirá el Ayuntamiento.
Sin embargo, el problema no termina ahí. Las familias aún enfrentan las siguientes dificultades:
- Hipotecas pendientes: Vecinos como Juan Ángel deben seguir pagando deudas por una casa que ya no existe, en su caso 85.000 euros.
- Reconstrucción incierta: Aún no se han presentado presupuestos para reconstruir las viviendas, y los vecinos no saben si recibirán ayudas suficientes para afrontarla.
- Retrasos en indemnizaciones: El Consorcio de Compensación de Seguros aún no ha otorgado indemnizaciones a los afectados, dejando a las familias en una situación de precariedad económica.
Exigen más apoyo
Los vecinos claman por ayudas directas específicas para casos como el suyo, ya que sienten que las medidas adoptadas hasta ahora no responden a su realidad. Juan Ángel explica:
“Hay ayudas para coches y garajes, pero no para quienes hemos perdido nuestras casas. Solo quiero tener una vivienda como la que tenía, no dinero en el banco. Quiero recuperar mi vida”.
Estas familias, muchas con hijos pequeños, insisten en la necesidad de que las autoridades implementen soluciones que permitan a los afectados reconstruir sus hogares y superar esta crisis.
Daños en la urbanización
La urbanización afectada cuenta con 40 adosados de tres plantas, de los cuales cinco serán demolidos. Sin embargo, los otros 35 no han salido indemnes:
- Zonas comunes destruidas: El agua y el lodo destrozaron muros, aceras y espacios comunitarios.
- Sedimentos del barranco: El terreno sobre el que se construyeron las viviendas, compuesto por sedimentos del barranco del Poyo, ha agravado los daños sufridos por las inundaciones.
Los vecinos señalan que la ubicación y la calidad de las construcciones no eran las más adecuadas, lo que, combinado con la fuerza de la DANA, ha llevado a esta situación.
La respuesta oficial
El Ayuntamiento de Catarroja ha mostrado su disposición a colaborar, cubriendo el coste del desescombro de las viviendas afectadas. Además, España ha solicitado al Fondo Europeo de Solidaridad recursos por valor de 4.404 millones de euros para cubrir los gastos derivados de la DANA.
Sin embargo, los afectados temen que estas ayudas no lleguen a tiempo o no se traduzcan en medidas concretas que les permitan reconstruir sus hogares.
Reflexiones finales
La DANA no solo dejó huellas en el paisaje de Catarroja, sino también en la vida de familias enteras que ahora luchan por recuperar la normalidad. El derribo de sus casas simboliza una pérdida no solo material, sino también emocional, que requiere un apoyo más decidido por parte de las autoridades.
¿Crees que deberían implementarse más ayudas directas para las familias afectadas por catástrofes naturales? ¿Cómo se puede garantizar una respuesta más rápida y eficaz en situaciones como esta? ¡Comparte tu opinión!