La Catedral de Valencia ha acogido esta tarde, por segundo año consecutivo, la interpretación del Cant de la Sibila, un drama medieval paralitúrgico que se escenificaba hasta el siglo XVI en la noche de Navidad en diferentes catedrales de España, especialmente en las pertenecientes a la antigua Corona de Aragón y que el año pasado fue recuperado para la Seo de Valencia después de cinco siglos.
Un total de 38 personas han participado en la representación, entre ellos, 12 actores ataviados con indumentaria histórica, 16 miembros del Cor de la Generalitat Valenciana, ocho músicos del grupo valenciano Capella de Ministrers, que han empleado como instrumentos las réplicas de los que fueron pintados en 1472 en los frescos de los ángeles músicos del altar mayor de la Catedral y dos solistas.
Igualmente, ha intervenido un niño solista de la Escolanía de la Virgen de los Desamparados, Alejandro Espina, natural de la localidad valenciana de Albalat dels Sorells, que ha cantado desde el púlpito, junto a la también joven solista Pilar Esteban.
Una tarima facilita la visión
Según el director de la Capella, Carles Magraner, este año la representación ha seguido el mismo esquema y contenido de la edición pasada, pero ha sido habilitada en la parte del escenario, una tarima para “permitir una mejor visibilidad a todos los asistentes, independientemente del punto donde se encuentren”.
Igualmente, la procesión de entrada ha sido realizada desde la Capilla del Santo Cáliz y “no desde la Sacristía” como ocurrió el año pasado, para mejorar el acceso de los actores.
Toques del gremio de Campaneros
Antes del concierto, el gremio de Campaners de la Catedral ha interpretado los toques de Maitines de la Consueta de 1527 del archivo catedralicio que fueron recuperados el año pasado por primera vez desde el Concilio de Trento (1545-1563), han añadido.
La interpretación del Canto de la Sibila desapareció tras el Concilio de Trento y sólo se conserva en las ciudades de Mallorca, cuya representación fue declarada en 2010 Patrimonio Inmaterial de la Humanidad, por la UNESCO, y el de Alguer (Cerdeña), que perteneció a la corona aragonesa. En el caso de la Catedral de Valencia fue descrita en la Consueta de 1527.
Además, el Canto de la Sibila “es una de las representaciones más significativas en torno al Nacimiento de Cristo, implantada por Jaime I tras la conquista de Valencia”, según las mismas fuentes.
VLC Noticias | Redacción. Foto: Javier Peiró/AVAN