Fernando Móner
Presidente de AVACU
Estas son algunas de las palabras que más estamos escuchando en los últimos días, relacionándolo con la propuesta de modificación de la normativa que regula el aborto en España, y aunque yo es un tema que todavía a fecha de hoy me genera ciertas dudas, sí que quiero dejar claro la necesidad de recordar que estamos en el siglo XXI y que las posiciones inamovibles deben formar parte del pasado, y debemos demostrar al mundo que en España sabemos conversar para hacer propuestas que de verdad hablen de vida, de libertad, y que pongan sobre la mesa en qué circunstancias debemos permitir el aborto, teniendo en cuenta que es más importante transmitir unos mensajes muy claros a los niños/niñas que mañana deben tomar decisiones sobre este tema, y es que tan importante es saber lo que hacer hoy, como educar en los valores necesarios para el mañana.
No podemos dar la sensación de que aquí todo vale y que las consecuencias pueden solucionarse con un bisturí, creo que debemos dejar claro la importancia de la vida que podría surgir, pero también los riesgos para las mujeres que deben pasar por un quirófano y a las que quizás no les supimos hacer ver los riesgos de ciertas decisiones que le hubieran hecho tomar medidas preventivas.
Por un lado debemos promulgar la libertad de decidir siempre y cuando no se haga daño a un tercero, pero por otro lado debemos sentar las bases de una Sociedad cuyos valores vayan más allá del bien y del mal, del blanco y del negro, debemos ser tolerantes pero también consecuentes, debemos escuchar y sobre todo razonar. Yo no me considero quien para decirle a una mujer lo que quiere y debe hacer con su cuerpo, pero si me gustaría que tuviera esa mujer la información/formación adecuada para que su decisión fuera consecuente con ella y con su entorno.
Pero todo esto es aplicable no sólo en relación al tema de la vida y el aborto, sino en la mayoría de situaciones a las que cada día nos enfrentamos. No estoy hablando de motivaciones religiosas ni de posiciones políticas, estoy hablando de personas, y son las personas las que deben escucharse para tomar una decisión equilibrada que permita la convivencia.