La historia de este gran triunfo del bravo corredor de Pinto tiene el inicio de su capítulo final en la penúltima etapa, útima con algo que jugarse, la que hacía el número 20 de esta edición de La Vuelta entre Santo Estevo de Ribas de Sil y el Puerto de Ancares. 160 corredores partían desde Santo Estevo de Ribas de Sil tras los abandonos de Dario Cataldo (Team Sky), Filippo Pozzato (Lampre-Merida) y Pieter Serry (OPQS) en busca del gigante Ancares. Una jornada muy animada desde los primeros minutos, sin fuga durante la primera media hora de carrera y con una velocidad que cortaría el pelotón en varios grupos hasta el km 30 de etapa.
Estabilizada la carrera, saltaban del pelotón en el km 32 Jerome Coppel (Cofidis), Przemyslaw Niemiec (Lampre-Merida) y Maxime Mederel (Europcar). A los pocos kilómetros se unía a ellos Wout Poels (OPQS). Tras un intento de Caja Rural de controlar su ventaja, el cuarteto alcanzaba 10.33 en el km 88 de carrera. En ese punto, Astana y Team Sky iniciaban su tarea de persecución antes de iniciar el Alto de Vilaesteva (2ª), primera dificultad puntuable de la etapa.
El fuerte ritmo de Team Sky en el Alto de Folgueiras de Aigas (1ª) disminuía la renta de los escapados a menos de 1 minuto en la cima del puerto. Wout Poels ya había cedido y Maxime Mederel lo haría en la bajada del puerto.
El domingo, la etapa número 21 era más testimonial que otra cosa, como suele ser tradicional en las grandes -Giro, Tour y Vuelta-, convirtiéndose el recorrido por las calles de Santiago de Compostela en un paseo triunfal del líder, arropado por los suyos, camino del podio que compartiría con el británico Chris Froome y el español Alejandro Valverde.
El arrojo de Contador, con su maltrecha rodilla apenas recuperada de la caída en el Tour, nos deja un episodio más de su historia de lucha, de bravura y coraje por esas carreteras de España, Francia e Italia.
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