En los prolegómenos de la Procesión del Corpus, las Rocas abandonan la plaza de la Virgen e inician el mismo recorrido que, un buen rato después, reproducirá la procesión y, por consiguiente, la Custodia más grande de Europa. Pues bien, tras pasar la calle Avellanas, las Rocas se encuentran la cuesta que hay frente al Palacio Arzobispal, y es aquí donde se celebra lo que se ha dado en denominar tradicionalmente la “Pujà del Palau“.
En este acto, que en su origen no tenía más fondo que intentar que las Rocas subieran la cuesta, se ha transformado en una competición ancestral, con el paso de los siglos, en la que los dueños de los caballos que arrastran las Rocas demuestren su habilidad y la fuerza de sus cuadrúpedos, compitiendo en el arrastre de los carruajes. A quien conozca el muy valenciano concurso del ‘Tiro y arrastre‘, este acto se lo recordará mucho, y no es casualidad: en la ‘Pujà’ cada Roca es tirada por un único caballo, precisamente evocando los concursos de tiro y arrastre.
VLC Ciudad / Javier Furió. Fotos: Artur Part.