Tras cinco minutos de descanso para separar la presentación oficial de Nuno como nuevo entrenador de Valencia, de las declaraciones de Amadeo Salvo sobre el interminable proceso de venta del Valencia CF, la sala de Prensa de la Ciudad Deportiva ha recobrado este mediodía el aire solemne de los grandes discursos del presidente, más aún cuando éste ha comenzado su parlamento asegurando que “no tengo prisa” y que tardaría lo que hiciera falta con tal de que todo quedara bien claro.
Gesto serio, rictus ofendido -más digno del mítico Otelo que de un personaje actual-, a Amadeo Salvo solo se ha faltado la socorrida frase “juro que no volveré a pasar hambre” para completar un relato -el enésimo que pronuncia sobre la historia del proceso de venta, y ninguno igual que el anterior- que habría hecho las delicias de tantos y tantos guionistas de telenovelas.
“El proceso de venta”, ha comenzado aclarando el presidente del Valencia CF, “es complejo, al no ser la parte vendedora una empresa al uso ni un particular”. Tras hacer un repaso -otra vez- del proceso de venta, se ha detenido el presidente valencianista en la situación generada en las últimas dos semanas ante el retraso en la firma de contrato, las acusaciones cruzadas entre el Consejo y la Fundación, por un lado, Bankia, por otro y el propio Lim por el otro, sobre quién estaba poniendo pegas. Así, Salvo ha aclarado que, “en la Fundación se dijo a los patronos que no se autorizaba a desvelar el contenido de la oferta” por lo que estaba claro que había “exclusividad hasta el 15 de agosto para cerrar el acuerdo” entre Bankia y Lim. Cerrado el acuerdo con Bankia, Meriton aseguró que “todo se pagará” pero “no dio a conocer los términos del acuerdo con Bankia por la confidencialidad” a la que estaba obligado.
“Se elabora entonces un borrador -ha continuado con su relato Salvo- que PwC manda el día 12 a la Fundación del VCF y se envía a Meriton para su aprobación o alegación, en su caso. A todo esto, conviene aclarar que “Bankia ha pedido a Lim que garantice con su patrimonio personal (que se eleva a diez veces la deuda del Valencia CF)”, ha observado Salvo, en clara alusión a los que dudan de la solidez de la garantía personal de Lim.
Siguiendo con el relato, enviado el borrador del contrato a Peter Lim, éste lo devuelve con observaciones o la exigencia de correcciones relativas al Plan de Marketing y la Fundación lo corrige.
El día 21 finalmente se corrigen todos los puntos sobre los que Meriton ponía peros pero, entonces “aparecen una serie de contingencias” -así ha calificado Salvo la aparición del tema de Newcoval, el de la ampliación de capital, etc.- en forma de nuevas posibles responsabilidades judiciales que Meriton tiene que valorar y el borrador deja de tener validez.
En este área, Salvo ha explicado que existen cuatro contingencias que hay que solucionar sí o sí para llevar a buen término la venta del club a Lim -aunque ha evitado pronunciar en ningún momento palabra alguna que diera a entender este extremo, llegando a cortar una frase de cuajo para no acabar diciendo lo evidente-:
- Newcoval. Amadeo Salvo ha asegurado que este tema cerca de solucionarse. El 17 de junio recibe Lim en Singapur la reclamación de Newcoval. La carta posterior que manda Bankia a Lim sobre este tema, ha explicado Salvo, hace referencia a la recepción de un escrito con fecha de 23 de julio de 2013 en el que Llorente firma reconocer la existencia de un aval, pero que no se cumplen los puntos sobre los que se sustenta dicho compromiso y, por tanto, no hay por qué temer nada que prospere reclamación alguna en este sentido.
- Reclamación por las ayudas al fútbol de la UE. Ha sido el tema que más dudas ha mostrado el presidente. “Nadie le puede garantizar a Lim que no se le vaya a reclamar al VCF cantidad alguna por las ayudas prestadas del Estado. Se está buscando que el Consell jurídicamente le dé seguridad a Lim en este tema. Es un proceso complicadísimo”, comentó el presidente.
- Porxinos. “Sí, todavía estamos ahí…”, ha comentado en un aparte. Hay una sentencia del Tribunal Supremo pendiente de zanjar la cuestión. “Está en el Tribunal Supremo, no se puede recurrir. Estamos trabajando para ver de qué forma se puede dar garantías de que el VCF no salga como responsable del caso del PAI de Porxinos”. O sea, que tampoco está claro que no pueda salir ‘escaldado’ el Valencia CF en esta cuestión.
- La ampliación de capital de 2009: La demanda por parte de algunos accionistas por la ampliación de capital es algo que ya está solucionado según Salvo, que nada más comenzar a tratar el tema ha expresado su agradecimiento público a Andrés Sanchís, el demandante, por ponerse al servicio del VCF inmediatamente para solucionar el tema y favorecer así al Valencia CF.
El borrador de contrato está subordinado, como ha reconocido de forma inequívoca el presidente, a que se solucionen esas cuatro contingencias, “que se solucionarán pero llevan su tiempo”, ha matizado. En todo momento, Salvo ha repetido hasta aburrir que todas estas cuestiones son cosas “normales” en una negociación de estas características. Así, de una forma quizás demasiado patente para no dudar, el presidente escenificaba la consigna de su comparecencia: trasladar apariencia de normalidad a la afición y a la opinión pública. “Que vamos a limpiar las trampas del pasado”, ha llegado a asegurar Salvo con vehemencia como adivinando el pensamiento de los representantes de los medios allí presentes. “Ojo, no digo que hubiera tramposos” -matizaba sus palabras para no entrar en conflicto con Llorente y otros miembros del anterior Consejo-.”Si os fijáis todo es ajeno al fútbol, no hay nada de fútbol”.
Ha utilizado el presidente varias veces el símil con la compra de una vivienda, algunas veces con mayor éxito o acierto que otras, para hacerse entender más por la masa social del Valencia CF y por la voz de la calle que por los medios allí presentes.
Y le llegaba el turno a Bankia. No ha sido especialmente ácido Salvo en sus alusiones a la entidad financiera, al menos no directamente, hasta que ha soltado esta perla: “Pido encarecidamente a Bankia es que demande los contratos -todos, porque hay varios-. Todo va condicionado, con lo cual, al haber refinanciación, es necesario que tenga esos contratos en su poder” sugiriendo que la burocracia de la entidad financiera no debería ralentizar más de lo deseable este proceso que podría durar, ha asegurado, “ocho o nueve meses”.
Y algo le ha dicho a Salvo que era el momento del éxtasis, de la arenga desenfrenada y de enaltecer a las masas. Las frases, a partir de este momento, se han elevado en tono y en contenido, vaciándose de sentido y casi hasta de objetivo: “Vienen 200 millones a la Comunidad Valenciana en una sola transacción, más que toda la inversión extranjera en la Comunitat en todo 2013. Y viene para mejorar el VCF. La deuda de los 94 millones de la Fundación los paga Lim de golpe, dando su garantía personal i-li-mi-ta-da”.
Igual ha ocurrido al volverse a referir a la aparición de los asuntos judiciales en los que está envuelto del club: “Al hombre le llegan los palos todos juntos el mismo día: 87 millones por un lado, 100 por otro y Bankia intentando añadir algunas garantías más a la transacción. Y claro, Peter me llama y me dice: Amadeo, si no queréis que compre el Valencia, decímelo. Y es cuando yo me voy a Singapur a hablar con él -en referencia al comentado episodio del ‘mírame a los ojos’. Y claro, entonces él pone condiciones también”, reconoce el presidente. Se compromete a construir el estadio, pero pone el arquitecto que él quiera; mantiene el compromiso de acabar el estadio para el centenario, eso sí.
Salvo ha llegado a un punto de que si alguien comienza a dudar de sus palabras o a decir medias verdades, o a seguir “falseando la verdad”, lo sacará todo. El momento álgido de su apasionada defensa de Peter Lim ha llegado al intentar expresar de la forma más gráfica posible la oportunidad única que supone la apuesta de Lim por el Valencia CF: “Paga las acciones por 100 millones de euros y da un préstamo mínimo de otros 100 millones al Valencia CF y aplica un interés -por cierto, aquí se dice adiós al interés cero del principio- mínimo, del 2 por ciento”. “En las reuniones se iba ya por 140 millones”, apuntillaba Salvo.
“Que dejen los rusos de llamar a los patronos de la Fundación. Las lechugas, al contao”, ha sido otro de los titulares que ha dejado el presidente del Valencia en su intervención, cada vez más llena de indignación, cada vez más épica en sus planteamientos.
“Si esto se cae, vamos a pedir responsabilidades a todos -ha acabado por amenazar-“. “Cuando no tengo para comer no miro el color de mi corbata”. “Nos da 100 millones y se le da una patada en el culo”.
Amadeo Salvo, con razón o no, se ha sumado al carro de la ofensa airada contra todo y contra todos excepto contra Peter Lim. Si su objetivo era calmar el ambiente -“todo es muy normal”, ha llegado a repetir hasta 12 veces-, lo que ha conseguido con su ejercicio de sinceridad y transparencia -muy loable por otra parte- es instalar el nerviosismo y la incertidumbre en el entorno valencianista con más fuerza aún si cabe.
VLC Noticias | Javier Furió