La novedad es un capítulo más de la pelea entre el gigante tecnológico y el gobierno de Estados Unidos. El Departamento de Justicia exige que la empresa desbloquee el móvil de un terrorista
Los ingenieros de Apple ya han comenzado a desarrollar nuevas medidas de seguridad que harían imposible que el Gobierno desbloqueara uno de sus smartphones usando métodos similares a los que ahora están en el centro de una batalla legal en California, según fuentes cercanas a la empresa y los expertos en seguridad consultadas por The New York Times.
La controversia surgió a raíz de una demanda del FBI ante la Justicia, que ahora exige a Apple que encuentre una forma de libere el acceso a datos encriptados en el iPhone de Syed Farook, quien perpetró con su mujer el ataque terrorista de diciembre en San Bernardino (California), que dejó 14 muertos el 2 de diciembre pasado.
Si Apple tiene éxito en la mejora de su sistema de seguridad –y los expertos dicen que es casi seguro que lo será–, la empresa crearía un desafío técnico importante para las agencias de aplicación de la ley, incluso si la Administración Obama ganase su lucha por el acceso a los datos almacenados en un iPhone usado por uno de los terroristas San Bernardino.
La única forma de salir de este tira y afloje, dicen los expertos, es que el Congreso se involucre. Las leyes federales obligan a las compañías de telefonía a entregar escuchas telefónicas; sin embargo, las empresas de tecnología como Apple y Google no están incluidas en la norma y han resistido firmemente la legislación que pondría requisitos similares sobre ellos.
Las empresas siempre han buscado proteger a sus usuarios de los piratas informáticos. Pero desde las revelaciones del ex topo de la CIA Edward J. Snowden, han comenzado a adaptar sus productos para protegerlos de la intrusión del Gobierno.
El CEO de Apple, Timothy D. Cook, escribió en una carta reciente a los clientes: “Incluso hemos puesto los datos fuera de nuestro propio alcance, porque creemos que el contenido de su iPhone no es asunto nuestro”.
Apple y el Departamento de Justicia estadounidense están en plena pulseada ante los tribunales por temas como la encriptación de datos, la protección de la vida privada y la necesidad de la policía de acceder a la información.
El FBI tiene en su poder el teléfono de Farook, pero no pudo acceder a los datos en el iPhone y solicitó a Apple que desarrolle una nueva versión del sistema operativo que ayude a esquivar las funciones de seguridad del dispositivo móvil.
Una jueza federal estadounidense ordenó a Apple la semana pasada colaborar con el FBI, exigencia a la que la empresa tecnológica se niega, en un controvertido caso que podría llegar hasta la Corte Suprema.