El Péndulo | Redacción.- Fundas para tabletas realizadas en sedas con motivos y estampaciones tradicionales de los trajes de Fallera o joyas contemporáneas que recrean pictogramas de saragüells y huertanas son algunas de las propuestas sobre las fiestas josefinas que han desarrollado los diseñadores de Sanserif Creatius con la colaboración de profesionales seleccionados del Centro de Artesanía de la Comunidad Valenciana. Una colección de objetos con inspiración fallera que se puede encontrar en la tienda oficial del propio centro; Sibarita Shop o en las principales Oficinas de Turismo de la ciudad.
Se trata de productos que pretenden elevar el souvenir fallero a un producto para sibaritas, para consumidores que buscan objetos y propuestas de calidad, y que valoran el trabajo artesano, según ha explicado la directora del estudio de diseño Sanserif Creatius, Ana Yago, creadora de esta colección.
El objetivo es que los turistas de la ciudad y, particularmente aquellos que nos visitan en estas fechas, no sólo participen de las fiestas sino que tengan a su disposición una oferta de productos alternativa a la ya conocida, siempre con motivos e inspiración fallera, pero pensados para responder a necesidades contemporáneas y elaborados en ediciones limitadas artesanales, lo que no quiere decir que sean selectivos por precio. De hecho, Ana Yago ha explicado que se pueden comprar las joyas de la colección TopIcons por entre 11€ y 25€, una funda de seda y piel para tableta por unos 50€ y, eso sí, un traje exclusivo por unos 1.500€, entre otras opciones, pero el rango de precio es muy amplio y adaptable a todos los bolsillos.
Por ejemplo, la colección de fundas Folker, diseñada por Sanserif Creatius y producida por Calzados Artesanos Torres, pretende acercar a los nuevos dispositivos de comunicación (tabletas y teléfonos inteligentes) la cultura y la riqueza estética de las Fallas, mediante el uso de los estampados y bordados de los trajes y complementos de la indumentaria regional, convirtiéndolos en un elemento de uso más allá de las festividades oficiales.
Desestacionalizar la industria artesanal
Se trata de promocionar la cultura local más allá de la fiesta y, paralelamente, abrir un nuevo mercado para los artesanos y fabricantes de telas y complementos falleros, que desestacionalice la producción, y dé a conocer la calidad y posibilidades de su trabajo más allá de sus áreas de influencia tradicional, según ha comentado la diseñadora valenciana.
De hecho, cada funda se configura mediante un proceso artesanal en el que se construye un armazón de piel sobre el que se cose a mano la tela bordada, utilizando técnicas heredadas de la indumentaria de Moros y Cristianos, aunando en un mismo producto dos oficios y festividades relevantes del folklore regional.
No obstante, se trata de un producto que también está pensado para completar la vestimenta tradicional de los hombres, esto es, el traje de saragüell o sarawil, o el de torrentí, caracterizado por el chopetí, una especie de chaleco y/o chaquetilla, elaborado también en seda y con dibujo personalizado, cuyos estampados también se han utilizado en el desarrollo de estas fundas.
Del mismo modo, la joyería y la orfebrería también han formado parte de las disciplinas elegidas para elaborar esta colección de souvenirs sibaritas, concretamente complementos orientados al sector masculino (alfiler de corbata, gemelo e insignia) y femenino (colgante, agujas y broches) realizados en oro, oro rosa y plata, que recrean la vestimenta tradicional de los falleros
Se trata de un juego de piezas en las que se ha troquelado la figura de un campesino y una huertana ataviados con sus trajes de gala, simplificados como pictogramas dando relevancia a los elementos más destacables de ambas indumentarias el chaleco y el pañuelo en la masculina, y los aderezos y el escote en los femeninos, planteando una revisión estética de las “joyas” que se visten en estas fecha.
Por otra parte, la colección cuenta también con piezas que traspasan las fronteras geográficas y culturales de la Comunidad Valenciana para hibridarse con otros folklores con los que tenemos similitudes, caso del japonés. Así, se han mezclado las telas adamascadas valencianas con una vestimenta tradicional nipona; El Yukata (un modelo de kimono) para la elaborar una pieza única que reúne elementos distintivos de ambas culturas.
Concretamente, en este vestido se han recuperado las primeras referencias históricas de la confección de kimonos con un material rústico y se han implementado con la suntuosidad de la seda valenciana, imitando la influencia de la cultura china y coreana en el desarrollo de esta vestimenta tradicional nipona, según ha explicado la directora de Sanserif Creatius.
La pieza, realizada en colaboración con la indumentarista MªJosé Cañada, en representación del Gremio de Sastres y Modistas de la Comunidad Valenciana, ha convertido en una obra maestra única la evolución del tradicional Yukata en un vestido de celebración con inspiración valenciana, pieza única que sirvió para conmemorar el 400 aniversario de la llegada de la Embajada Keicho a España, en la exposición Esencia, Inspiración japonesa en la artesanía valenciana.
La pieza realizada por Sanserif Creatius y Mª José Cañada respeta la configuración en forma de letra “pola” y el largo original hasta las partes bajas del cuerpo del Yukata, con cuellos escote en “tita” y amplias mangas, pero enriquece su acabado monocromo y su disposición cubriendo el cuerpo en forma envolvente con una faja ancha (llamada obi), que crece hasta convertirse en la manteleta que acompaña al traje de huertana, consiguiendo de esta forma aunar dos vestimentas tradicionales en una pieza contemporánea y funcional, en palabras de la diseñadora.
Además, el uso de los damascos en negro y la decoración típica de los chalecos de “sarawil” que acompañan la vestimenta de los trajes de fiesta de los labradores valencianos revisan la tradición nipona de la combinación de dibujos y geometrías para determinar la tipología, clase social o situación de quien viste el kimono, indistintamente de si es hombre y mujer, en palabras de Ana Yago, que advierte que se ha pretendido desarrollar un vestido unisex, cuya variación en función del sexo se limita a la tipología del estampado del Obi (faja que actúa como cinturón).