En Alicante, este jueves se han reunido nuevamente representantes del Ministerio de Inclusión y alcaldes de localidades cercanas al Centro de Primeras Llegadas de Personas Migrantes proyectado en la antigua base militar de la sierra de Aitana. Los ayuntamientos creen que el impacto será positivo. “Es una oportunidad para combatir la despoblación, uno de los mayores problemas que tenemos en el pueblo, y que permitirá mejorar los servicios también en la comarca”, asegura la alcaldesa de Alcoleja, Gema Baldó.
Este plan ha encontrado oposición por parte de los vecinos, quienes afirman que la zona no tiene suficientes recursos para acoger a tanta gente. “Nos oponemos a un macroproyecto de 1,100 plazas que estarán en una zona despoblada y que supondrán un aumento en el consumo y en la demografía”, lamenta el responsable de la plataforma Salvem l’Aitana, Rubén Català.
La inversión, en unas instalaciones cerradas desde el año 2007, será de 25 millones de euros y prevé la creación de sesenta puestos de trabajo directos y un centenar de indirectos. “Creo que es un proyecto muy interesante para la zona, que puede dinamizar y tener un gran impacto económico y social para todos”, afirma el subdelegado del gobierno en Alicante, Carlos Sánchez. Los primeros refugiados, que serían un máximo de 600, comenzarían a llegar a principios de 2025.