El supermercado de hoy en día es “un campo de minas a punto de explotar”, publicó un portal francés citando a un reciente libro que afirma que la industria alimentaria “depende de los tres pilares de la comida chatarra”: el azúcar, la grasa y la sal.
El periodista ganador del Premio Pulitzer Michael Moss escribió en su libro ‘Salt Sugar Fat: How the Food Giants Hooked Us’ (‘Azúcar, sal y grasa. Cómo nos enganchan los gigantes de la alimentación’) que las ‘dosis’ de los tres elementos deben ser elegidas con precisión para hacer feliz a los consumidores para que vuelvan a comprar los mismos productos.
El azúcar se ha convertido en un elemento clave en la industria alimentaria y está hábilmente dosificado para lograr un “momento de felicidad” en los consumidores.
Utilizado en varias formas, el azúcar también permite evitar el uso de ingredientes más caros en ciertos alimentos (por ejemplo, tomates en la salsa de tomate). El azúcar es el fundamento para muchos “milagros industriales”, como, por ejemplo, el pan que nunca endurece.
La grasa también se utiliza ampliamente en un gran número de productos cotidianos, porque un ser humano puede absorberla en grandes cantidades sin ni siquiera darse cuenta. Las compañías de alimentación saben bien qué grasas baratas pueden aumentar el volumen del consumo y mejorar el sabor.
La sal, a su vez, “nos hace parecer drogadictos”, aunque uno fácilmente puede abstenerse de su consumo durante seis semanas, escribe el portal. Este “polvo blanco” es un excelente conservante y, además, es muy barato, lo que elimina la necesidad de los ingredientes más caros, como especias y hierbas. La sal también es capaz de ocultar el sabor que obtienen varios productos tras el procesamiento industrial.
“La verdadera magia” empieza cuando estos tres ingredientes se unen y se utilizan todos juntos. Por su parte, especialistas del ‘marketing’ se ocupan del aumento de su impacto sobre los consumidores.
Fuente: actualidad.rt.com