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Entre 2000 y 2005, la popular actriz y vedette murciana Bárbara Rey presentó el programa de cocina En casa de Bárbara en Canal 9. Aunque no tenía conocimientos culinarios, este espacio televisivo se convirtió en un éxito, manteniéndose en antena durante cinco años. Sin embargo, la historia detrás de este programa tiene tintes de escándalo y política.
Entre el año 2000 y 2005, los hogares valencianos fueron testigos de la sorprendente transformación de Bárbara Rey en presentadora de un programa de cocina. En casa de Bárbara, emitido en la televisión pública valenciana, Canal 9, fue un espacio que, a simple vista, parecía uno más en la creciente oferta de programas gastronómicos de la época. Sin embargo, lo que pocos sabían era que detrás de este show se escondía una trama más compleja relacionada con su silencio sobre su relación con el rey Juan Carlos I.
Una presentadora inesperada
Bárbara Rey, conocida por su carrera como vedette, actriz y personaje de la prensa del corazón, nunca había demostrado un particular interés ni habilidad en la cocina. De hecho, según confesó Ximo Pérez, productor del programa, la actriz no cocinó ni un solo plato en los cinco años que duró el programa. “Ella jamás cocinó un plato. No sabía cocinar”, admitió Pérez. En su lugar, el chef David Alcocel, que actuaba como su ayudante en pantalla, y un cocinero que trabajaba detrás de las cámaras, eran los responsables de preparar los platos que luego Bárbara Rey presentaba ante la audiencia.
A pesar de no tener conocimientos culinarios ni hablar valenciano, el programa fue un éxito. Se emitía de lunes a jueves y, con su estilo desenfadado y su carisma frente a la cámara, Bárbara Rey se ganó el cariño de los espectadores. La vedette se limitaba a seguir el guion, explicando los pasos de cada receta como si realmente estuviera cocinando. “Ella aprendía los pasos y los presentaba, pero nunca cocinaba”, recuerda Ximo Pérez.
El origen de un escándalo
El nacimiento de En casa de Bárbara no fue casual. Según revelaciones del exdirector del CNI, Alberto Saiz, y del libro El jefe de los espías de los periodistas Juan Fernández-Miranda y Javier Chicote, el programa de Bárbara Rey fue parte de un acuerdo para mantener su silencio sobre su relación con el rey Juan Carlos I. La vedette habría recibido pagos a cambio de no revelar detalles comprometidos sobre su vida con el monarca. Estos pagos incluyeron grandes sumas de dinero de los fondos reservados del Estado y, según diversas fuentes, la concesión del programa de cocina en Canal 9.
En julio de 1997, Bárbara Rey protagonizó uno de los momentos más tensos de la televisión española cuando se le impidió participar en una entrevista en Tómbola, el programa de corazón más visto de Canal 9. En esa entrevista, se esperaba que la actriz revelara detalles sobre el robo de documentos sensibles de su casa, vinculados a su relación con el rey. Horas antes de que saliera al aire, se dio la orden de cancelar la entrevista, y Bárbara Rey fue escoltada fuera del plató.
Un programa a medida para acallar rumores
A cambio de su silencio, Bárbara Rey fue recompensada con el programa En casa de Bárbara, que le reportó cinco millones de euros durante sus cinco años en antena. Según la investigación de Manuel Cerdán, la producción del programa formaba parte de un acuerdo más amplio que incluía el pago de importantes cantidades de dinero desde instituciones como Repsol, Telefónica y el Santander, para garantizar que la vedette no hiciera públicos detalles sobre su relación con el rey emérito.
El programa, que aparentemente era un simple espacio gastronómico, se convirtió en una pieza clave en la estrategia para mantener alejada de los medios la turbulenta relación de Bárbara Rey con el monarca. Aunque los rumores nunca dejaron de circular, la actriz se mantuvo al margen de las polémicas, concentrándose en su papel como presentadora.
Un éxito inesperado
A pesar del escándalo tras bambalinas, En casa de Bárbara fue un éxito en términos de audiencia. La habilidad de Bárbara Rey para conectar con el público, junto con la dinámica del programa, logró que los valencianos siguieran el espacio con interés. Aunque ella no cocinaba, su simpatía y su capacidad para improvisar la convirtieron en una figura querida por los televidentes.
Sin embargo, la verdadera razón de la creación de este programa siempre estuvo envuelta en misterio. Hoy, más de dos décadas después de su emisión, En casa de Bárbara sigue siendo recordado no solo por sus recetas, sino por lo que representaba detrás de las cámaras: un acuerdo para silenciar una de las historias más intrigantes del corazón y la política española.
¿Qué piensas de la manera en que Bárbara Rey transformó su carrera y cómo la televisión puede ser usada como herramienta de poder?