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El conseller de Agricultura, Agua, Pesca y Ganadería, Miguel Barrachina, ha lanzado duras críticas contra el Gobierno central, acusando a Pedro Sánchez y Yolanda Díaz de llevar a cabo un “proceso premeditado de demonización” del sector agrícola en la Comunitat Valenciana. Barrachina defendió a los trabajadores del campo, a quienes describió como “héroes” y no como “esclavistas”, en referencia a las campañas de Inspección de Trabajo y las regulaciones estatales y autonómicas que afectan al sector primario.
El conseller de Agricultura, Agua, Pesca y Ganadería de la Comunitat Valenciana, Miguel Barrachina, ha alzado la voz en defensa del sector agrícola valenciano, acusando al Gobierno central de Pedro Sánchez y a la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, de emprender una campaña que ha demonizado injustamente a los agricultores y ganaderos de la región. En declaraciones recientes, Barrachina criticó con dureza las inspecciones de trabajo en el campo, argumentando que estas buscaban “esclavistas” pero lo que encontraron fueron “héroes”.
Un proceso de demonización del sector primario
Según Barrachina, las campañas de Inspección de Trabajo realizadas en el sector agrícola han sido parte de un “proceso premeditado” para demonizar a los trabajadores y empresarios del campo en la Comunitat Valenciana. El conseller afirmó que, lejos de encontrar las irregularidades o abusos que se pretendían descubrir, las inspecciones revelaron un sector compuesto por personas que trabajan arduamente para sostener la economía rural y alimentar al país.
“Lo que han hecho desde el Gobierno central es criminalizar a todo un sector que ha demostrado ser fundamental para la sociedad, especialmente durante momentos críticos como la pandemia. Sánchez y Díaz han querido vender la idea de que en nuestros campos hay esclavistas, pero lo que han encontrado son héroes, personas que se levantan cada día para sacar adelante sus explotaciones y garantizar el suministro de alimentos”, declaró Barrachina.
Críticas a las políticas del Gobierno y el Botànic
El conseller también extendió sus críticas a las políticas impulsadas tanto a nivel estatal como autonómico, en referencia a las normativas aprobadas por el Gobierno del Botànic, liderado por Ximo Puig. Barrachina argumentó que estas regulaciones, lejos de apoyar al sector primario, han añadido cargas adicionales a los agricultores y ganaderos, quienes ya enfrentan múltiples desafíos, incluyendo los efectos del cambio climático, la competencia desleal en los mercados y la falta de relevo generacional.
“Las políticas que se han implementado desde Madrid y València parecen estar más enfocadas en poner trabas que en facilitar el trabajo de nuestros agricultores. Necesitamos un marco normativo que entienda las realidades del campo, no que lo asfixie con regulaciones que no toman en cuenta las condiciones específicas de nuestra agricultura”, señaló Barrachina.
La defensa de los trabajadores del campo
Barrachina hizo hincapié en la importancia de reconocer y valorar el trabajo de los agricultores y ganaderos, quienes, según él, son el verdadero motor de la economía rural y merecen respeto y apoyo en lugar de sospechas y sanciones. Subrayó que el sector agrícola en la Comunitat Valenciana no solo es vital para la economía local, sino que también juega un papel crucial en la seguridad alimentaria del país.
“Nuestros agricultores no son delincuentes, son trabajadores incansables que necesitan herramientas y apoyo, no campañas de desprestigio. Es hora de que el Gobierno central reconozca la importancia del sector primario y le brinde el respaldo que necesita para seguir siendo competitivo y sostenible”, concluyó el conseller.
Reacciones y el futuro del sector
Las declaraciones de Miguel Barrachina han generado reacciones mixtas en el ámbito político y entre los actores del sector agrícola. Mientras que algunos han apoyado la postura del conseller, argumentando que las inspecciones de trabajo han sido desproporcionadas y que el sector necesita menos trabas burocráticas, otros han defendido la necesidad de garantizar condiciones laborales justas en el campo, subrayando que las inspecciones son una herramienta necesaria para evitar abusos.
El debate en torno a las políticas que afectan al sector primario en la Comunitat Valenciana y en el resto de España está lejos de resolverse. Lo que está claro es que el futuro del sector depende en gran medida de cómo se equilibren las necesidades de los agricultores con las exigencias legales y regulatorias, y de cómo se gestione el apoyo institucional para garantizar su sostenibilidad y competitividad en un entorno cada vez más desafiante.
En conclusión, las palabras de Miguel Barrachina ponen en el centro del debate la relación entre las políticas de inspección de trabajo y el apoyo al sector agrícola. Mientras algunos ven en estas inspecciones un intento de criminalizar a los trabajadores del campo, otros las consideran esenciales para mantener estándares laborales justos. Este conflicto subraya la necesidad de un diálogo abierto y constructivo sobre el futuro del sector primario en la Comunitat Valenciana.
¿Cómo crees que se puede equilibrar la necesidad de garantizar condiciones laborales justas en el campo con el apoyo necesario para que el sector agrícola siga siendo viable? ¿Qué papel deberían jugar las inspecciones de trabajo en este equilibrio?