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Las supuestas rebajas del Viernes Negro ocultan prácticas que huelen más a estrategia de márketing que a verdadera oferta. Antiguos empleados de comercios desvelan cómo las etiquetas cambian más que las estaciones.
Un día de descuentos… ¿o de cuentos chinos?
El Black Friday ha conquistado el calendario como el evento de compras más esperado del año. Cada último viernes de noviembre, miles de consumidores se lanzan en masa a las tiendas, tanto físicas como digitales, en busca de gangas. Pero, ¿y si el mayor descuento no estuviera en los precios, sino en nuestra credibilidad?
En un reportaje de investigación, varias exempleadas de comercios han decidido tirar de la manta para revelar las prácticas oscuras que esconden las etiquetas del Black Friday. Según relatan, el único color realmente presente en este día es el rojo… pero no el de los descuentos, sino el de la cara de quienes descubren que han caído en la trampa.
La verdad detrás de las “rebajas”
Daniel Escalonilla, portavoz de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), no se anda con rodeos: “La mayoría de estas ofertas son fraudulentas”. Según la OCU, los comercios inflan los precios semanas antes del Black Friday para luego aplicar descuentos que, en realidad, nos devuelven al precio original o incluso lo superan. Básicamente, te hacen pagar la diferencia entre tu ilusión y tu despiste.
Por su parte, María Miñana, periodista en investigación, contactó con exempleadas de grandes cadenas que describieron las tácticas utilizadas para embaucar al cliente. “Es un timo bien orquestado”, afirma una de ellas. Desde subidas estratégicas de precios hasta cambios de etiquetas de última hora, todo está pensado para crear la ilusión de ahorro mientras el consumidor llena la cesta con productos que ni siquiera necesita.
El arte de la “uña rasca-etiquetas”
Una de las revelaciones más curiosas llega de una extrabajadora que describió el llamado “método de la uña”. Según relata, el día anterior al Black Friday, los empleados reciben instrucciones de rascar las etiquetas con las uñas para eliminar los precios anteriores. Posteriormente, se colocan etiquetas nuevas con el supuesto “descuento”. A veces, incluso se quitan las etiquetas por completo para generar confusión y dejar que el cliente asuma que está llevándose un chollo.
¿Y qué pasa con los empleados? Además de desarrollar habilidades de precisión quirúrgica con la uña, son los primeros en detectar el truco, pero también en sufrirlo. “Sabíamos que era una trampa, pero no podíamos decir nada. Al final, las quejas siempre iban contra nosotros”, confiesa la exempleada.
El precio de la ignorancia
Un análisis de la OCU reveló que en el 80% de los casos las ofertas del Black Friday son engañosas. Muchos productos, especialmente en electrónica y electrodomésticos, están más caros que meses antes. Sin embargo, el consumidor promedio no suele verificar los precios previos, confiando ciegamente en los carteles de “50% de descuento”. Lo que realmente debería decir el cartel es: “50% de descuento en tu capacidad de razonar”.
Por si fuera poco, algunos comercios utilizan técnicas psicológicas para generar una sensación de urgencia. Ofertas con tiempo limitado, unidades restringidas y mensajes como “¡Última oportunidad!” nos empujan a tomar decisiones apresuradas, sin detenernos a cuestionar si realmente estamos ahorrando.
Redes sociales al rescate
En medio del caos consumista, las redes sociales se han convertido en aliadas para destapar fraudes. Cientos de usuarios han compartido capturas de pantalla mostrando cómo un producto sube de precio días antes del Black Friday, solo para ser rebajado al precio original. En Twitter, el hashtag #BlackFraude se ha hecho tendencia, con usuarios denunciando casos de precios inflados o supuestas ofertas que no son más que humo.
¿Cómo protegerse del Black Fraude?
No todo está perdido para el consumidor. Aquí van algunos consejos para evitar caer en las trampas del Black Friday:
- Haz un seguimiento previo de los precios. Consulta los precios de los productos que te interesan semanas antes del evento para saber si realmente están rebajados.
- Desconfía de los descuentos excesivos. Si parece demasiado bueno para ser verdad, probablemente lo sea.
- Utiliza comparadores de precios. Plataformas como Idealo o CamelCamelCamel (para Amazon) te muestran el historial de precios de un producto.
- Evita compras impulsivas. Pregúntate si realmente necesitas lo que estás comprando o si estás siendo víctima del marketing.
Reflexión final
El Black Friday, más que un día de descuentos, parece un festival de ilusiones ópticas. Nos venden la sensación de estar ahorrando cuando, en realidad, estamos gastando más de lo que deberíamos. Las revelaciones de exempleadas y consumidores alertas nos dejan claro que, en este juego, el único ganador es el comercio.
Y tú, querido lector, ¿cuántos “chollos” crees que eran reales? ¿Te atreves a revisar tus compras del Black Friday… o mejor prefieres no saber la verdad? 💸