Valencia Noticias | Agencias.- En febrero de 2003, a pocos días de iniciarse la intervención militar contra Irak decidida por EE.UU. con el apoyo de Reino Unido y España, el presidente del gobierno español José María Aznar y el entonces primer ministro británico Tony Blair mantuvieron conversaciones con el fin de diseñar una puesta en escena frente a la opinión pública que suavizara el creciente clima de oposición a una posible guerra.
“Para amortiguar las dificultades creadas por ‘la impresión de que EE.UU. estaba determinado a ir a la guerra pase lo que pase’, el señor Blair y el señor Aznar acordaron la necesidad de establecer una estrategia de comunicación que mostrara que ellos ‘estaban haciendo todo lo posible para impedir la guerra'”.
Así figura literalmente en el informe Chilcot sobre las responsabilidades y protagonismo de Reino Unido en la guerra de Irak, presentado este miércoles.
El apoyo del gobierno español a la acción bélica se plasmó en la cumbre de las Azores, celebrada en marzo de 2003, que reunió a los mandatarios Durao Barroso, José María Aznar, George W. Bush y Tony Blair, y generó una ola de manifestaciones de repulsa en España.