Cuando Carol Sue Johnson, de 73 años, sale a conducir su Mazda SUV por las afueras de Minneapolis no sabe cuánto dinero recaudará por el servicio Uber, pero está segura que será una aventura. Ella integra el creciente número de personas de edad avanzada en Estados Unidos que trabajan para Uber o su competidor Lyft para aumentar sus ingresos. Algunos de ellos dicen que es una gran oportunidad de ser independientes y ganar dinero extra en sus propios horarios.
Según un artículo del diario The New York Times, los conductores están tan demandados que en julio pasado Uber y Life Reimagined, una subsidiaria de AARP, la organización para personas mayores de 50, formaron una sociedad para reclutar a más personas. Ellos están tratando de aprovechar a los trabajadores de 50 años o mayores, un segmento que está creciendo de manera constante, de acuerdo con un informe de AARP publicado el año pasado.
Uber, que encuestó a sus conductores entre 2014 y 2015, encontró que casi una cuarta parte de sus conductores tienen 50 años o más. Los conductores mayores son muy apreciados porque generalmente son dueños de sus propios coches, tienen un seguro adecuado y, según las estadísticas de seguros, tienen menos accidentes.
Molly Spaeth, vocera de Uber, dijo que la compañía había alistado casi 600 conductores a partir de enero, con la colaboración de AARP.
Además, David Plouffe, miembro de la junta de Uber, argumentó que la mayoría de los conductores trabajan mucho menos que tiempo completo. Menos de la mitad cumple 10 horas a la semana, según dijo en un discurso en noviembre, y casi dos tercios del total tiene otros compromisos de trabajo.
Para la mayoría de los conductores de edad avanzada, la mayor ventaja es el ingreso extra. Muchos de los que siguen trabajando después de los 65 lo hacen porque de lo contrario serían demasiado pobres, de acuerdo con un nuevo informe del Instituto de Política Económica, que encuentra inadecuado el actual sistema de jubilación en EEUU.
Pero conducir por un servicio de reserva, dijeron algunos jubilados, también puede ofrecer más que el dinero. “Me encanta la libertad, la flexibilidad, y el dinero en efectivo que entra cada semana”, dijo Maureen Mahon, de 59 años, que vio por primera vez un anuncio de Uber en el lateral de un autobús en Manhattan.
La señora Mahón, que vive en Nueva Jersey, dijo que había sido despedida de Wall Street dos veces en los últimos años, y ha trabajado como conductora de forma intermitente desde mediados de 2014. “Me encuentro con empresarios, estudiantes universitarios que salen por la noche, gente que va a los partidos; prácticamente toda la gama”, explicó. Y agregó: “Uno puede conducir tanto como desee. Si el tiempo es malo o uno tiene una cita médica, simplemente no enciende la aplicación”.
Otro de los atractivos, en comparación con la conducción de un taxi, es la seguridad, ya que los clientes se registran y no se intercambia efectivo. Así, también, los conductores tienen la oportunidad de dar forma al trabajo en sus propios términos.
Conducir para Uber “es como un juego”, dijo Stephen B. McPhail, de 66 años, un ex conductor de autobús que vive al sur de Seattle. “Me gusta trazar cómo paso mi tiempo para hacer más dinero”, contó el hombre, que se levanta a las 04:30 de la mañana para buscar gente en el aeropuerto. “Yo trabajo cinco horas para hacer entre USD 100 y 150 por día, y termino a las 10 am”, explicó.
En Minneapolis, la señora Johnson dice que la mayor parte de sus ingresos provienen de transportar ejecutivos entre el aeropuerto y las principales empresas en los suburbios. En las horas pico, se puede hacer alrededor de USD 40 por hora. Sobre todo, dijo, ella trabaja cerca de 40 horas al mes, recaudando alrededor de USD 600. Y concluyó: “No hay duda de que el dinero hace la vida más fácil”.