Cáritas Diocesana de Valencia atendió el año pasado a 101.775 personas, 30.000 de ellas menores de edad, lo que supone un incremento de un 9% respecto a las personas atendidas el año anterior y un 170 % más desde el comienzo de la crisis económica, en el año 2007, según los datos de la memoria de 2012 presentados hoy por la entidad con motivo del “Día de la Caridad” que se celebra este domingo coincidiendo con la solemnidad del Corpus Christi.
El obispo electo de Tortosa, Enrique Benavent, ha asistido a la presentación donde ha estado la directora de Cáritas Diocesana de Valencia, Mª de la Concepción Guillén, y la secretaria general de la Institución, Fani Raga. Benavent ha subrayado la labor de los voluntarios, “ya que sin ellos la acción de Cáritas no sería posible pues constituyen la presencia de la Iglesia y los cristianos en las periferias, una expresión que le gusta decir al Papa” y ha recalcado la capacidad de Cáritas de “intentar dar respuestas a las nuevas formas de pobreza y a nuevos problemas, como los desahucios”.
La secretaria general de ha explicado que una de las causas principales de este incremento de beneficiarios “es el proceso sostenido de destrucción de empleo, que reduce de manera drástica las posibilidades de ingresos económicos en los hogares, junto a la consolidación de la reducción y el agotamiento de las ayudas de protección social”.
En cuanto al perfil, el porcentaje de españoles ha aumentado hasta alcanzar el 49 % aunque siguen siendo las mujeres inmigrantes las que más acuden a las Cáritas Parroquiales a solicitar ayuda y las personas extranjeras son mayoría en Valencia y en las comarcas de La Safor, La Marina y La Valldigna.
El porcentaje de personas atendidas nuevas en 2012 ha sido del 34 %, frente a un 66 % de atendidas con anterioridad, “lo que confirma que las situaciones de pobreza y vulnerabilidad se cronifican y alargan”, ha explicado Fani Raga, quien ha manifestado su preocupación por la “invisibilización de la pobreza severa, por saturación y por extensión de la misma a colectivos cada vez más amplios” y ha alertado sobre los recortes de la ayuda al desarrollo para los países más desfavorecidos, “que en el caso de la Generalitat Valenciana son de un 79 %”.
Las demandas principales están relacionadas con la vivienda, empleo y alimentación
Las demandas principales en las Cáritas Parroquiales son las relacionadas con la vivienda y el empleo, así como de alimentación, que Cáritas canalizó a través de sus 39 economatos, de los que se beneficiaron más de 5.900 familias.
Para cubrir estas demandas, Cáritas y las más de 400 Cáritas Parroquiales de la diócesis, “con el trabajo desinteresado de 4.757 personas voluntarias, invirtieron más de 2,7 millones de euros en ayudas directas a personas y familias, junto al trabajo de promoción, atención social y acompañamiento que se realiza en los diferentes proyectos”.
En 2012 Cáritas consiguió 1.197 inserciones laborales en la diócesis, “pequeños empleos en el cuidado de enfermos y mayores y en el servicio doméstico que, para muchas personas, son una puerta a la esperanza”. Además, a través de sus proyectos de Infancia atendieron a 557 menores, y a 207 mujeres a través de proyectos de Familia, entre otras acciones.
Por su parte, el año pasado los ingresos de Cáritas Diocesana ascendieron a 3.989.371 euros, la mayor parte (el 76 por ciento) procedente de fondos propios.
Pérdida de derechos sociales
Cáritas de Valencia “no puede ser la solución a la pérdida de los derechos sociales”, ha subrayado la directora de Cáritas Diocesana, Mª de la Concepción Guillén, quien ha reclamado a las administraciones públicas “que garantice el acceso a estos derechos básicos de toda la población, pero especialmente de los colectivos más vulnerables”.
“La persona debe ser el centro de la economía y de la política, y ambas ahora no están al servicio de los seres humanos y del bien común. Desde la Iglesia, desde Cáritas, seguiremos redoblando los esfuerzos para acompañar y estar cerca de las personas más vulnerables”, ha indicado la directora.
VLC Ciudad/Redacción