Valencia Noticias | Agencias.- Cáritas ha criticado la “austeridad devastadora” que la Unión Europea (UE) viene aplicando en los últimos años. Según la organización la función de ésas políticas que crearon una “Europa injusta” en la que España ocupó el sexto lugar en riesgo de pobreza y exclusión en 2013.
Son las conclusiones del informe ‘Pobreza y desigualdad en aumento’ presentado ayer en Roma, un texto que afirma que 123 millones de europeos sufren pobreza y exclusión social, un 24% de la población.
En España, el riesgo de pobreza y exclusión social en 2013 fue del 27,3%, por detrás de Rumanía (40,4 %), Grecia (35,7%), Italia (28,4%), Chipre (27,8%) y Portugal (27,4%).
Además, el informe destaca que uno de cada tres niños vive en situación de pobreza en 14 de los 28 estados. En España, la tasa de riesgo de pobreza infantil se ha reducido del 33,8% en 2012 a un 27,5% registrado en 2013, bajando del segundo puesto en el que se encontraba al cuarto entre los países de la Unión Europea con más pobreza infantil, solo por detrás de Rumanía (32,1%), Grecia (28,8%) y Bulgaria (28,4%).
El fracaso de la de austeridad en Europa
El tercer informe de Cáritas Europa sobre el impacto de la crisis económica entre los países de la UE revela que las políticas implementadas para priorizar la austeridad “no están funcionando” en Europa y que después de seis años de crisis económica, “los pobres siguen pagando por una crisis que no causaron”.
Cáritas afirma que la Unión Europea y sus estados miembros “siguen abordando la crisis centrándose, principalmente, en las políticas económicas y, sobre todo, en los gastos de las políticas sociales”.
La ONG alerta de que las políticas de austeridad “han creado un impacto devastador en los habitantes de Europa” y de que el error de la UE es no dar “apoyo real y asistencia a aquellos que sufren dificultades”. Un insuficiente apoyo que, unido a la falta de protección a los servicios públicos esenciales y al desempleo, la organización cree que “alargará la crisis”.
Con este escenario, Cáritas entiende que “los derechos sociales están claramente amenazados en Europa como resultado de una crisis política y social”. La organización eclesial se enfrenta así al “discurso oficial que afirma que lo peor de la crisis ha pasado” porque, añade, “la crisis no ha terminado”.