La gestión de la dana sigue generando indignación ciudadana, llevando a miles de valencianos a las calles en una marcha multitudinaria organizada por más de cincuenta entidades sociales, sindicales y cívicas.
La tarde del 30 de noviembre, Valencia volvió a ser el epicentro de una gran movilización social. Según cifras de la Delegación del Gobierno, cerca de 100.000 personas se congregaron en la capital para exigir la dimisión del presidente de la Generalitat, Carlos Mazón, por lo que califican como una gestión negligente de la reciente dana que dejó una devastación sin precedentes en la región.
Un recorrido marcado por la indignación
La marcha, organizada por más de cincuenta organizaciones sociales y sindicales, comenzó en la Plaza del Ayuntamiento y recorrió las principales calles del centro histórico. A lo largo de su trayecto por calles como Barques, Poeta Querol, y La Pau, hasta llegar a la Plaza de la Mare de Déu, la protesta estuvo marcada por cánticos como “Mazón, dimisión”, “Mientras Mazón comía, el pueblo se ahogaba”, y “No son muertos, son asesinados”.
Muchos asistentes portaban carteles con mensajes de indignación y fotos del presidente de la Generalitat colocadas boca abajo, junto a lazos negros en señal de duelo por las más de 200 vidas perdidas en la tragedia.
Responsabilidades políticas en el punto de mira
En el acto central de la protesta, celebrado en la Plaza de la Mare de Déu, los portavoces de la movilización leyeron un manifiesto que no dejó lugar a dudas sobre su posición. “El 29 de octubre marcó el peor episodio de ignominia política en la historia reciente del País Valenciano,” comenzó el discurso.
Los organizadores denunciaron no solo la falta de preparación y la descoordinación durante la emergencia, sino también el abandono posterior a los municipios afectados. “Condenamos sin paliativos el retraso inexplicable en la llegada de los equipos de emergencia,” afirmaron.
Además, no se limitaron a señalar a la Generalitat, sino que también criticaron al Gobierno central por su falta de contundencia ante la inacción del ejecutivo autonómico.
Exigencias claras
El colectivo organizador presentó una lista de demandas que incluye:
- La dimisión inmediata de Carlos Mazón y la asunción de responsabilidades políticas.
- Soluciones habitacionales para las familias desplazadas.
- La prohibición de construir en zonas inundables.
- Un aumento de los impuestos a las rentas altas para financiar la reconstrucción.
- La condonación de deudas ilegítimas a los afectados.
Movilización en otras localidades
La indignación no se limitó a la capital. En Elche, cerca de 1.000 personas también marcharon exigiendo la dimisión de Mazón y su gabinete. Los manifestantes señalaron la falta de apoyo económico por parte de las autoridades y la responsabilidad de empresas que obligaron a sus empleados a trabajar pese a las alertas meteorológicas.
“Mostramos nuestro apoyo a Valencia y nuestro dolor por las vidas perdidas debido a la ineptitud del Consell,” declaró Àngels Baró, portavoz de las organizaciones convocantes en Elche.
Un mes de dolor e indignación
Estas manifestaciones llegan justo un mes después de que las lluvias torrenciales de la dana inundaran decenas de municipios valencianos. La tragedia dejó tras de sí más de 200 fallecidos, 11 desaparecidos y un número incalculable de personas que han perdido sus hogares y medios de vida.
En un gesto simbólico, los asistentes a las marchas hicieron sonar en sus teléfonos la misma alarma de emergencia que Protección Civil activó el pasado 29 de octubre, aunque para entonces ya era demasiado tarde para muchas localidades.
Una crisis que exige respuestas
La movilización masiva en Valencia y otras localidades demuestra que el clamor ciudadano no se apagará fácilmente. ¿Cómo responderán las autoridades a estas demandas? ¿Será esta presión social suficiente para generar un cambio en la gestión política de desastres?