La burbuja de la economía china ha reventado, sostiene el experto Guillermo Barba en Forbes, subrayando que Pekín ya no tiene capacidad para detener la caída. Para afrontar esta crisis, Pekín ha comenzado a desprenderse de bonos del Tesoro de EE.UU., con lo que consiguió que sus reservas pasaran de los 4 billones de dólares que tenía el año pasado a los 3,56 billones. Menos aún que las que acumulaba la semana pasada (3,65 billones).
La pregunta que ahora se hace el mercado es si todas estas medidas serán suficientes para evitar una nueva caída del yuan. La respuesta de Forbes es contundente: no. No, porque -argumenta el experto- China dejó pasar una oportunidad para abrir su cuenta de capitales y permitirle al mercado fijar su tipo de cambio. Por el contrario, lo que hizo fue desprenderse de sus activos y aumentar el control de capital. Sin embargo, el resultado fue aún peor.
Esta “retracción cuantitativa” de las reservas le resta liquidez al país, lo que puede hacer subir las tasas de rendimiento de los bonos estadounidenses provocando un efecto contrario al esperado.
Así las cosas, el panorama resulta poco alentador para muchos países, ya que si el próximo 17 de este mes la Fed no sube los tipos y si los estados emergentes se suman a la política de liquidación masiva de reservas, el movimiento en el mercado de bonos repercutirá en las tasas de rendimiento, lo que jugará en contra de los emergentes, en medio de una economía global que se desacelera y el aumento de las presiones deflacionarias. Por lo tanto, los bonos podrían seguir aumentando su valor y, por consiguiente, comprimiendo sus tasas.
Por último, el analista sostiene que en el caso de que las naciones emergentes se vean beneficiadas con estos juegos de mercado, las tasas se dispararían y la Fed se esforzaría por volver a controlarlas a través de operaciones que apunten a aumentar el valor de la economía en detrimento de esas tasas.