Valencia Noticias | Redacción.- Chiva ya vive la fiestas de septiembre, en honor a la Virgen del Castillo. El bando de las fiestas lo llevó a cabo el miércoles el actor y monologuista Rafa Alarcón, en una abarrotada Plaza del Ayuntamiento, ante cientos de chivanos.
Con un ambiente festivo y un punto de humor Rafa Alarcón abrió la fiestas de Septiembre, que se desarrollan hasta el próximo 8 de Septiembre, día de la Patrona de Chiva.
Hoy viernes centran los actos festivos la noche de las paellas; cientos de paelleros tomarán la Avenida del Parque, amenizado por la Orquesta Sicilia, desde las 20,30 horas.
Mañana, sábado, a las 19,30 horas, misa y Primer día de Novena. Y a partir de la medianoche, verbena de disfraces. La concentración será en la Avenida de la Estación a las 23 horas y después se desfilará hasta la Plaza de la Constitución donde la ‘Orquesta Sioux’ amenizará noche, entre premios a los disfraces más vistosos y originales.
El domingo el principal acto festivo será la cabalgata. Carrozas y comparsas desfilarán desde la Avenida de la Estación hasta el Ayuntamiento a partir de las 19,30 horas. Además, se celebrarán distintos oficios religiosos a las 10, a las 12 y a las 19,30 horas.
Historia de la fiesta en honor a la Virgen del Castillo
Las Fiestas de Septiembre de Chiva tienen lugar en Honor de la Virgen del Castillo conmemorando su aparición en la Loma del Castillo. La Virgen es bajada desde la ermita a hombros de chivanos y chivanas hasta la Iglesia San Juan Bautista donde quedará resguardada hasta el día de la subida.
El día de la Virgen del Castillo, propiamente dicho, es el 8 de septiembre, día en que la imagen sale en procesión tras la misa y se dispara una mascletá en su honor. Para finalizar la festividad, la Virgen del Castillo es devuelta en procesión a la ermita donde esperará un año más las fiestas en su honor.
La imagen de la Virgen del Castillo original debió ser colocada en la capilla hacia 1238. La tradición de su hallazgo se remonta a los años de la expulsión de los moriscos. La Virgen, cuya labra se remontaría a la época visigoda, fue escondida entre las piedras del castillo al producirse la invasión musulmana. Allí permanecería escondida casi mil años, hasta que en 1609 un pastor que estaba con su rebaño por las ruinas de la fortaleza, al ver que una de las ovejas se apartaba del hato, le tiró una piedra para hacerla volver con sus compañeras. La piedra, al caer, hizo un ruido extraño, que impulsó al pastor a acercarse. Al llegar al lugar donde había caído la piedra, descubrió la imagen de la Virgen. La Virgen fue bajada al pueblo, y en 1627 se le construyó la ermita.