Dr. Francesc Spa Arnau, miembro de Saluspot y especialista en odontología integral en Clínica Dental Spa.- Siempre es preferible salvar un diente natural antes que colocar un implante, según afirma el Dr. Francesc Spa Arnau. Sin embargo, para los casos en los que es el último recurso, existen beneficios gracias a la cirugía guiada por ordenador o las impresoras 3D. El doctor Spa, miembro de Saluspot y especialista en odontología integral en Clínica Dental Spa, explica cómo repercuten las nuevas tecnologías en la implantología dental y cómo unos materiales adecuados pueden prevenir la periimplantitis y problemas de integración con el hueso.
¿Cuáles son las técnicas más novedosas en implantología dental?
La cirugía guiada por ordenador permite visualizar en la pantalla el hueso del paciente mediante un TAC digital. Podemos colocar virtualmente los implantes en la zona con mejor pronóstico (mayor volumen y densidad ósea) y calcular con precisión dónde debe situarse en pacientes con muy poco hueso.
¿Qué beneficios presentan las nuevas tecnologías aplicadas al implante?
Mediante una impresora 3D se crea una plantilla que se adapta perfectamente a la boca del paciente y permite colocar el implante en el lugar exacto planificado, evitando errores operatorios. Además, en la mayoría de casos permite eliminar la necesidad de abrir la zona operada, no se producen cortes ni puntos (ya que el ordenador visualiza el hueso en el TAC digital) y evita la incomodidad y el dolor posoperatorio de una intervención quirúrgica.
¿Qué materiales son más apropiados para elaborar las piezas del implante?
El titanio, en sus 5 grados de pureza, es el más empleado y el que presenta más evidencias científicas, aunque también pueden encontrarse implantes de zirconio o aleación de titanio y óxido de alúmina. El tratamiento químico aplicado a la superficie del implante puede determinar el éxito de la integración en pacientes con poco hueso o de mala calidad. Además, resiste mejor el ataque de la bacterias de la cavidad oral, lo que evita la infección y la posibilidad de perder el implante.
¿Cómo puede afectar al paciente un implante de mala calidad?
El titanio es uno de los materiales más compatibles con el ser humano, pero si el operador comete algún error al colocar el implante o éste es de calidad cuestionable, puede que no se produzca la osteointegración. En el caso de que sí se integre en el hueso, presenta un mayor riesgo de infectarse con el tiempo. Un implante no se rechaza, sino que fracasa.
¿Puede explicar con detalle en qué consiste la osteointegración?
La osteointegración es un proceso biológico que se produce entre el implante y el hueso, donde unas células llamadas osteoblastos unen de forma natural las dos estructuras. El porcentaje de éxito en la osteointegración es muy alto (prácticamente del 98%) si se realiza un diagnóstico correcto, se emplea una buena técnica quirúrgica y se utilice un implante avalado científicamente con años de estudios.
¿Qué es la periimplantitis y cómo se ve influida por un mal implante?
Es la infección que afecta al implante y puede hacerlo fracasar con el tiempo. Aunque serían deseables más datos epidemiológicos en el ámbito mundial, la información que hay disponible preocupa. Los estudios con resultados más optimistas indican que hasta el 28% de los pacientes con implantes sufre periimplantitis, mientras que las investigaciones con datos más negativos sitúan la tasa de periimplantitis en un 56% de los pacientes con implantes.
¿En qué medida el precio lo determina la calidad de los materiales o las técnicas empleadas?
Los implantes cuya superficie se integra mejor en el hueso y son menos propensos a las infecciones tienen una elevada tasa de éxito. De ahí que tengan más valor en el mercado y su precio sea más alto. Aunque ahora en España existen más de 200 fabricantes de implantes dentales, menos de 10 en todo el mundo están avalados con estudios con más de 25 años de seguimiento.
¿Es mejor mantener la mayor parte de diente natural posible?
Un implante dental es un pilar en el hueso del paciente que sirve para reponer el diente ausente mediante una prótesis fija, como si fuera una raíz. La proliferación de implantes ha provocado que ahora haya menos tratamientos dirigidos a salvar dientes. Sin embargo, por su función y su estética, un diente natural rehabilitado siempre es mejor que uno protésico sobre un implante. La extracción y el implante deben ser el último recurso de un dentista.