El Péndulo | Jimmy Entraigües.- En 2010 la sevillana Clara Peñalver se alzaba con el premio a la Mejor Escritora Novel del Festival Imaginamálaga con su novela ‘Sangre’, un interesante debut literario que combinaba con habilidad sexo y violencia dentro de una historia de género romántico. En 2013 publica ‘Cómo matar una ninfa’, primer trabajo de una saga que da a conocer a la detective Ada Levy. El personaje caló entre los lectores (y los seguidores del género policial y de misterio) logrando una amplia popularidad. Dos años después, Ada se presenta con una nueva aventura bajo el título de ‘El juego de los cementerios’ y desde entonces Ada y su creadora no sólo se convirtieron en dos nombres populares sino que sus lectores ya se cuentan por miles.
Ahora nos llega la tercera entrega de la saga, ‘La fractura del reloj de arena’, una historia compleja que obliga a Ada a enfrentarse a una difícil investigación pero que también la sumerge a sus miedos más profundos. La intrépida detective (motera, apasionada por el jazz, libre a los amores ocasiones…), deberá sacar fuerzas de flaquezas y superar varios retos, propios y extraños.
Una llamada telefónica nos permite hablar con Clara Peñalver y conocer más de cerca los interiores de esta nueva novela que, de alguna forma, también es conocer algo más a su autora.
El Péndulo: Una página antes de sumergir al lector en la historia, lo invitas a leer un fragmento del poema ‘El reloj de arena’, de Borges. ¿Qué te sugirió el poema para que lo incluyeras o…, deseabas jugar con el título de la novela?
Clara Peñalver: Pues mira, ese poema de Borges sintetizaba, de una forma magistral, lo que buscaba con el uso del reloj de arena en la historia. El peso de los recuerdos o…, por lo menos lo que me evocaba a mí ese efecto del peso del tiempo en la vida… No sé, me pareció un texto definitivo para lo que yo quería expresar.
E.P.: También tiene un componente muy metafísico.
C.P.: Sí, ahí es donde quería ir de alguna forma. Para mí, lo más importante en esta historia era el peso de los recuerdos y el que nos resulta muy complicado el hecho de darle la vuelta y coger y decir: ‘A ver, a pesar de que mi pasado es éste yo puedo escoger y utilizar mi pasado no en mi contra sino a favor a mío’. Ir a esa parte de la reflexión me parecía de lo más interesante.
E.P.: Es decir, Ada, la protagonista, no sólo se encuentra frente a una investigación muy complicada, sino que también se enfrenta a sus propios fantasmas del pasado y el tiempo parece que corren en su contra.
C.P.: Sí, sí, en parte sí. El tiempo, los recuerdos, los traumas que quedaron grabados en el pasado y que, a día de hoy, a pesar de ser una mujer con mucha fortaleza, la siguen atando y le siguen provocando un conflicto interno muy intenso tenían que salir a flote. Básicamente, toda la novela, gira en torno a eso, a no ser capaz de superar lo que ocurrió en el pasado y a no ser capaz de vivir una vida, un presente, libre de esa carga. Le pasa a Ada, le pasa a Marga…, en fin, cuando leí el poema de Borges, y confieso que apareció casi por arte de magia, descubrí que él, en un fragmento muy pequeño, resumía lo que quería contar en la novela.
E.P.: Bueno, es que Borges es muy totalizador, lo toca todo.
C.P.: (ríe) Sí, sí, tiene una capacidad increíble para exponer temas complejos en pocas palabras.
E.P.: Si en la novela anterior Ada realiza un amplio recorrido por cementerios, en esta obra vuelve a visitar tumbas y lápidas…
C.P.: … (ríe), Sí, sí, a la pobre le ha tocado investigar entre nichos y tumbas.
E.P.: … Lo que carga a la novela de un carácter mucho más profundo ya que, además de sus propios fantasmas del pasado, debe resolver en paralelo la desaparición de un muerto y la búsqueda de identidad de unos hijos. No lo tiene fácil estando emocionalmente sensible.
C.P.: Pues si te parece mucho más profundo el tema me parece fantástico, era lo que yo pretendía (ríe). Me alegro que me lo digas. Cuando Borges menciona el río de Heráclito, para mí, el río era esa cortina de arena que va cayendo, poco a poco, y que al final, yo me imaginaba a Ada dentro del embolo del reloj de arena, la acaba sepultando sin solución y…, Ada tenía que encargarse de darle la vuelta al reloj.
E.P.: En ocasiones la vida nos enseña a crecer de golpe
C.P.: Pues sí. Creo que Ada crece en muchos aspectos y…, siento que con Ada también voy creciendo en muchos aspectos (vuelve a reír).
E.P.: En esta novela Ada vive situaciones muy intensas.
C.P.: Es que le hacía falta. ¿Cómo hago para hacer crecer un personaje como Ada sino le meto una buena batería de retos? Por ejemplo, el cáncer de Cristina hace que tenga que aparecer, obligatoriamente, su padre y…, eso un golpe para Ada. Yo ya venía anticipando la llega del padre desde la primera novela y he ido preparando a Ada para ese encuentro y…, la llega del padre se produce de una forma abrupta, de una forma en la que jamás ella se hubiera imaginado. Ella cede por el cáncer de su amiga y por lo tanto Ada ya no es importante.
E.P.: La vuelta a los cementerios de Ada le da un punto de crueldad a la historia.
C.P.: Bueno…, (ríe). Realmente Ada no llegó a irse del todo de los cementerios. Fíjate que el cementerio de Granada no aparecía en la segunda novela porque no podía aparecer ya que Ada tenía un problema importante con ese cementerio al estar enterrada su amiga Susana. Como ella debía enfrentarse a la tumba de Susana, el caso tenía que girar también sobre ese cementerio. Era el gran cementerio pendiente de la novela anterior. El cáncer de Cristina y el caso que ella lleva entre manos le permiten enfrentarse a la tumba de su amiga Susana.
E.P.: Se agradece el plano indicativo que incluyes en la novela.
C.P.: (risas)… Pues no es exacto. El gerente del cementerio, que sale en la novela, me enseño todos los recovecos del lugar y…, cuando realicé el dibujo para la novela se me ocurrió darle algunos cambios pensando que… Bueno, a nadie se le ocurra robar un cadáver del cementerio y sea culpa mía (ríe).
E.P.: Quizás sea la novela más compleja de la trilogía, tiene casi 500 páginas.
C.P.: Sí, sin dudas. Es una novela muy compleja y con una estructura muy sólida para mantener todas las acciones que se dan. Requirió muchas horas y mucho trabajo. Sí, es compleja en muchos aspectos sin perder el componente de la investigación y aventura detectivesca que tiene la obra. Las historias de Ada tienen el reto de trabajar con muchos elementos y hay que estar atenta a todos.
E.P.: Quienes son seguidores de la saga verán que el jazz, que tanto gusta a Ada, no parece.
C.P.: Bueno, bueno…, tiene su razón de ser. En la primera parte Ada tiene una depresión muy fuerte y en los cambios de situaciones en vez de corcheas hay silencios de corcheas y…, cuando Ada se da cuenta que está pasando por un bache muy importante es cuando aparece el jazz en su vida. Pero el tema no sólo queda ahí, sino que ella durante muchísimo tiempo solo ha escuchado jazz ¿y por qué? Porque ha estado tanto tiempo encerrada en sí misma que no escuchaba la música de los demás y…, en esta novela, Ada, no solo vuelve a escuchar jazz sino que también empieza a escuchar salsa, fado, rock…, y con eso Ada empieza a acercarse al mundo de la gente que la rodea y a disfrutar del mundo que comparte con los demás.
E.P.: A partir de ahora Ada tendrá un vida, al menos, más relajada.
C.P.: Sí, sí. El personaje ha ido creciendo a fuerza de experiencias duras. Ada y yo tenemos un pacto en el que si yo la ayudada a crecer a nivel emocional, ella me ayudaba a mí a crecer como escritora y…, confieso que empecé a escribir esta novela con mucho miedo porque yo me decía: ‘me apetece hacer cosas nuevas y salir de Ada por un tiempo’, aunque siempre querré regresar porque me encanta, pero…, empecé con inseguridad porque no sabía si iba a darle a Ada todo lo que necesitaba para poder dejarla tranquila y conseguir yo mis objetivos, ¿sabes? Era un miedo doble y…, cuando cerré la novela tuve la sensación de disponer de las herramientas suficientes como para estar alejada de Ada y aventurarme a otras cosas. Era un paso importante dejar a Ada estabilizada durante un tiempo y sentirme segura como para querer alejarme de ella.
E.P.: Ada cierra esta novela con un mensaje muy vital: ‘Quédate con quien te bese el alma, la piel te la besa cualquiera’. Toda una declaración en la que se muestra dispuesta a disfrutar de la vida.
C.P.: ¡Es que Clara es así! Tengo que llegar a esa Ada desde el equilibrio. Viviendo la vida con intensidad, disfrutando del amor libremente, respetando a la gente que la rodea… digamos que Ada seguirá siendo la misma pero un poco más mayorcita y madura y con un aprendizaje emocional bastante más rico.
E.P.: Clara, como siempre es un placer hablar contigo y que esta nueva aventura de Ada siga ganando adeptos y seguidores.
C.P.: Muchas gracias, y espero que los lectores disfruten con libro y…, espero poder visitar Valencia pronto ya que es una ciudad que me encanta.