Te devoraste el plato de comida… estaba delicioso. Quedaste satisfecho, pero el postre no podía faltar. Todo muy bien hasta que empiezas a sentir gases en el estómago, calambres, dolores abdominales y molestias.
En algunos casos también puedes sentir nauseas, o incluso vomitar. También se pueden presentar casos con diarrea.
Seguro que el episodio te resulta familiar. Y es muy probable que en algún otro momento te vuelva a ocurrir, porque la indigestión, también conocida médicamente como dispepsia, es muy común.
“Alrededor de 25% de la población la sufre en algún momento. No discrimina entre hombres y mujeres y es la causa de un significativo número de visitas al médico”, se afirma en un informe acerca del tema elaborado por el Departamento de Nutrición de la Universidad de Harvard, en Estados Unidos.
Otros males de estómago
La doctora Ayesha Akbar, representante de la Sociedad Británica de Gastroenterología, le explica a BBC Mundo que, aparte de la indigestión, en el espectro de las molestias estomacales también se encuentran otras condiciones con síntomas similares que a veces se confunden.
“El síndrome del intestino irritable es una de ellas. Las personas también sienten dolor abdominal, el estómago hinchado y lleno de gases. Es muy frecuente, representa aproximadamente el 40% de los casos que atiendo”, señala Akbar.
La acidez es otra condición que en ocasiones se solapa con las mencionadas anteriormente, de acuerdo a lo que expresa la gastroenteróloga.
En este caso, se añade la característica sensación de que se siente en la boca del estómago, en el pecho o la garganta, que ocurre cuando los ácidos del estómago llegan al esófago.
La Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos indica que es importante tratar la acidez porque, con el paso del tiempo, el reflujo puede afectar al esófago.
Akbar también señala que entre los trastornos estomacales que producen en el paciente sensaciones similares también se encuentra la intoxicación al consumir alimentos en mal estado o gastroenteritis y los virus, que también suelen presentarse con frecuencia.
Combatiendo las molestias
El tratamiento que se indica para lidiar con la indigestión y las condiciones que producen los males mencionados con anterioridad es similar.
El departamento de nutrición de la Universidad de Harvard recomienda tomar las siguientes medidas:
- Evitar los alimentos que desencadenen los síntomas
- Comer porciones pequeñas, nunca más de lo que satisface. Es preferible comer menos cantidad, con más frecuencia y de forma regular
- Masticar la comida con lentitud y totalidad
- Evitar actividades que impliquen la absorción de mucho aire por la boca, como fumar, comer con mucha rapidez, masticar chile y tomar bebidas con gas
- Controlar el estrés recurriendo a terapias de relajación o cognitivas. También se puede hacer ejercicio con este objetivo, entre tres y cinco veces a la semana, pero nunca después de las comidas.
- Descansar suficiente.
- Esperar al menos dos horas antes de acostarse.
- Mantener el peso bajo control.
Akbar añade que las molestias estomacales suelen durar alrededor de 48 horas y que en estos casos se recomienda el consumo de mucho líquido.
Cuando además hay diarrea o vómitos…
“Cuando hay diarrea se recomienda particularmente tomar bebidas con azúcar y sal, como las deportivas, porque tienen el balance adecuado de electrolitos y ayudan a recuperar la sal que pierde el cuerpo”.
Se debe esperar al menos dos horas para acostarse después de comer.
Si la persona ha vomitado, tiene que esperar a que las náuseas pasen y a que vuelva a sentir hambre, de lo contrario, el estómago no será capaz de tolerar la comida.
Cuando esto ocurre, se deben empezar a introducir los alimentos progresivamente, comenzando con cosas sencillas como pasta, arroz y galletas.
“Se deben evitar las comidas picantes, el alcohol y la cafeína porque irritan el intestino. También se aconseja suspender el consumo de lácteos por unos días porque son difíciles de digerir en estas circunstancias”, dice Akbar.
En lo que respecta específicamente a la prevención de la gastroenteritis, la especialista dice que la buena higiene es clave, así como evitar el consumo de alimentos crudos y carne que no se ha cocinado lo suficiente.